"El colapso de la frontera, tanto para salir como para entrar, es el mayor problema que tenemos los empresarios en el conjunto de la ciudad". Apostado frente a su tienda, Mustafá responde a las preguntas mientras a su alrededor se forma un corrillo que quiere intervenir en la conversación para ahondar en las quejas. "Están perjudicando el sustento de nuestras familias. Están quemando Ceuta poco a poco", clama con enfado Abdelkader, empleado de Mustafá y quien culpa a las administraciones de estar "haciendo la vista gorda".

A los polígonos del Tarajal llegan cada mañana miles de marroquíes para cargar mercancía a la espalda y transportarla a su país, pero Mustafá, Abdelkader y quienes les rodean aseguran no dedicarse al porteo –o lo hacen en un bajo porcentaje–. Ellos son las caras visibles de un grupo cada vez más pequeño de comercios de esta zona industrial que viven de las ventas al por menor.

Su negocio también está en Marruecos, pero en los consumidores finales que tradicionalmente han entrado en la ciudad para realizar sus compras. Y esos clientes están dejando de llegar. "Gente que se tira seis y ocho horas en cruzar la frontera desiste de venir y llevamos una época que no se vende casi nada", lamenta el empresario. "No hay fluidez como antiguamente", añora. "El turismo marroquí es muy importante para Ceuta porque hay una clase media y alta que deja bastante dinero aquí. No hay que dejarlo de lado", continúa.

El problema se ha agravado en el último año, tras la apertura del Tarajal II. Este nuevo paso específico para porteadores es más ancho, más organizado y con vallas antiavalanchas, pero provocó un efecto llamada que indujo a las autoridades a tomar dos medidas para intentar garantizar la seguridad: un máximo de 4.000 personas diarias y un reparto por sexos –ellas lunes y miércoles; ellos martes y jueves–.

Esas limitaciones han derivado actividad a la frontera común, sobre todo en vehículos. El 85% de los 12.000 coches que transitan a diario de un país al otro son los conocidos como coches patera, más rentables que trasladar la mercancía andando. La cantidad transportada es mayor y se puede llegar a cobrar hasta 300 euros. "Hay que buscar otro paso para los vehículos que cargan, que son los que nos bloquean", reclama Mustafá, en referencia a una de las reivindicaciones del sector.

El porteo a pie también ha aumentado por el paso ordinario. Hay porteadores que intentan sacar la carga por este camino cuando no pueden hacerlo por el Tarajal II, aunque el riesgo de que se la requisen es mayor. La normativa sobre régimen de viajeros establece que por esa vía solo se puede pasar con una o dos bolsas, no con grandes bultos.

Los comerciantes denuncian que los decomisos se están produciendo incluso sobre productos para consumo propio y que ese es otro de los motivos por los que los clientes marroquíes están dejando de cruzar. "La gente venía de Marruecos, compraba una olla o una sartén y salía por la frontera, pero últimamente se la está quitando la Guardia Civil. Ha corrido la voz y ya no vienen a comprar", asegura Abdelkader, que ha visto reducida su jornada laboral a la mitad porque desde principios de año la tienda solo abre hasta las dos del mediodía.

"El otro día pasé andando con una manta de unos cuatro euros y la Guardia Civil me la quitó. Les pedí un justificante y me dijeron que no había", manifiesta otro de los comerciantes, que prefiere permanecer en el anonimato, y quien asegura que se está viendo abocado al cierre. "Si usted me confisca algo deme un resguardo. ¿A dónde va esa mercancía?", se pregunta a su vez Marzok, encargado de otro establecimiento. "Una persona que viene a Ceuta con su seguro reglamentario, ¿qué delito comete? Yo le he dado a gente detergente con factura y se lo han quitado. ¿Por qué?", continúa, mientras blande una de esos recibos.

Desde la Delegación del Gobierno niegan que esto esté ocurriendo y afirman que la confiscación se produce cuando "la irregularidad es evidente", cuando, haciendo uso de la "picaresca", quienes no han podido pasar el fardo por el Tarajal II, lo dividen en pequeñas cantidades y tratan de colarlo entre varios.

En medio de este cruce de acusaciones y desmentidos, la realidad es que el cartel de "se alquila" o "se vende" puede leerse en la fachada de un importante número de naves, sobre todo en las calles más apartadas. Pero la situación no solo perjudica a estos polígonos. "Nosotros nos llevamos los palos pero esto afecta al conjunto de la ciudad", señala Mustafá.

La situación es tan alarmante que ha conseguido unir a patronales y sindicatos en una misma causa. A ellos se han sumado partidos de la oposición. Bajo el lema "por una frontera digna" están llevando a cabo diversas movilizaciones. Aseguran que la ciudad se encuentran ante "la mayor crisis económica de su historia". y exigen medidas a las instituciones, gobernadas por el PP. Rozando el 36%, Ceuta es el municipio español de más de 40.000 habitantes con la mayor tasa de paro. Tras una manifestación en marzo, preparan otra para el mes de mayo.