Podemos y el feminismo de 'machirulos'

  • La foto de Iglesias, Espinar y Errejón refleja la ausencia de mujeres en la toma de decisiones.
Errejón, Iglesias y Espinar, delante del cartel "Nosotras".
Errejón, Iglesias y Espinar, delante del cartel "Nosotras".
EFE
Errejón, Iglesias y Espinar, delante del cartel "Nosotras".

Este jueves, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, dio un golpe en la mesa para terminar con la polémica que un día antes había provocado la filtración de un documento en el que Carolina Bescansa proponía a Íñigo Errejón repartirse la candidatura en la Comunidad de Madrid, contra su secretario general, Ramón Espinar, como paso previo para suceder a Iglesias en el liderazgo nacional e la formación.

Iglesias escenificó su autoridad en una rueda de prensa en la que reunió a los dos adversarios, que no escatimaron en cumplidos mutuos y en una total disposición para trabajar en una candidatura "de unidad".

Pero no solo. La firma de la paz entre Errejón y Espinar dejó la imagen de tres dirigentes poderosos anunciando un importante acuerdo cocinado entre ellos para repartirse el poder en la Comunidad de Madrid. Tres hombres y ninguna mujer en un partido que se declara feminista como Podemos.

"La imagen de tres hombres desde luego no representa el Podemos feminista que queremos, por el que muchas luchamos y en el que la mayoría de ocasiones sí nos representa con la paridad que exigimos en las comparecencias públicas", afirma María Pérez, miembro de la Secretaría de Feminismos de Podemos en Castilla-La Mancha.

El Círculo de Feminismos de la Comunidad de Madrid difundió incluso un comunicado crítico contra una foto que evidencia además que "no había posibilidad de que hubiera otra opción porque no hay candidatas". "Como las mujeres no ocupan el lugar que deben ocupar dentro de Podemos, no salen en la foto", añade una portavoz de este colectivo.

La crítica de los círculos feministas de Podemos va más allá de la simple foto de este jueves, algo que para María Jesús Funes, profesora de la Facultad de Políticas y Sociología de la UNED y especializada en participación política, es "simbólico". No debería echar por tierra la defensa de la igualdad en el partido morado, pero sí es algo que sus líderes deberían cuidar.

Funes considera que el discurso de género de Podemos "es coherente en general" y no debería verse "deslegitimado" por una foto como la de esta semana que, sin embargo, tampoco se puede pasar por algo. "Es muy importante la dimensión simbólica, que se plasma en una imagen. A Podemos le debería importar eso", afirma la profesora.

Para el consultor político, cercano al PSOE, Luis Arroyo, la imagen de Iglesias, Errejón y Espinar "fue un baño de realidad frente a las altas expectativas puestas por Podemos. De echo, es el gran problema de Podemos casi siempre: que promete tanto que luego el resultado es menos satisfactorio, porque no todo lo que promete se puede cumplir. Podemos maneja muy mal las expectativas".

Paridad

La dimensión feminista de Podemos se plasma en documentos y propuestas políticas. Así, de los cuatro documentos guía que se aprobaron en su congreso de 2017, en la Asamblea de Vistalegre II, el más votado de ellos fue el Documento de Feminismos, donde entre otros aspectos, figura la obligación de listas electorales cremallera, la misma participación de hombres y mujeres en actos del partido como mítines, campañas electorales o ruedas de prensa o, de forma interna, la paridad en la contratación de personal del partido o en cualquier institución donde tenga representación.

La realidad, sin embargo, no es tan ideal. Este documento apostaba por una paridad mucho más amplia de la que se aplica a día de hoy en Podemos. Por ejemplo, el sistema de representación que se aplica es el 60-40%, el que fija la Ley de Igualdad.

La paridad "horizontal" que propone el documento aprobado en Vistalegre II supondría no sólo una paridad total, sino "democracia interna", por ejemplo, en el sentido de que la Secretaría General, en manos de Iglesias, no fuera un órgano unipersonal, sino coral y paritario. Un modelo de partido "que abarque a ambos sexos en todos los ámbitos".

Por debajo del secretario general, el Consejo de Coordinación está formado por seis hombres y ocho mujeres y en el Congreso, hay 22 diputados y 24 diputadas de Podemos en un grupo que capitanean la portavoz, Irene Montero, y la portavoz adjunta, Ione Belarra.

María Pérez destaca en este sentido que "también tenemos una amplia representación feminista en órganos de poder y decisión", aunque "hay ciertas dinámicas que tenemos que seguir luchardo para cambiar y despatriarcalizar".

Cada lunes dan la cara en rueda de prensa el secretario de Organización, Pablo Echenique, y la portavoz del partido, Noelia Vera, pero si miramos a los líderes en las distintas comunidades, la mayoría de hombres sobre las mujeres es muy notable, 11 frente a cuatro, y entre ellos solo la andaluza Teresa Rodríguez ha conseguido hacer sombra en alguna ocasión a los líderes masculinos.

Rueda de prensa de Pablo Echenique y Noelia Vera en la sede de Podemos.
Rueda de prensa de Pablo Echenique y Noelia Vera en la sede de Podemos.

Como ocurre en otros partidos con otros nombres, en Podemos lo habitual es que Iglesias o Echenique solucionen los conflictos y mujeres como Montero o, más recientemente, Bescansa o la recién elegida número 2 de la lista de Errejón para la Comunidad de Madrid, Tania Sánchez, son presentadas o percibidas como conspiradoras o víctimas.

Partido de patriarcas

"En el papel de malas, las mujeres son malas o débiles y los hombre son los que solucionan y resuelven todo", señala en el Círculo de Feminismos madrileño, donde afirman que Podemos "sigue siendo un partido de patriarcas", aunque solo por lo que respecta a sus líderes.

Podemos tiene más votantes hombres que votantes mujeres en cualquier franja de edad y esta representante del Círculo de Feminismos asegura que Podemos es un partido feminista.

"Las bases de Podemos son mucho más feministas y los inscritos y los documentos que se aprueban en Podemos son mucho mas feministas que otros partidos", aseguran. "Otra cosa es si se aplican o no esos documentos y qué lógica de poder existe".

Echenique e Iglesias en Vistalegre II, donde el Documento de Feminismos fue el más votado.
Echenique e Iglesias en Vistalegre II, donde el Documento de Feminismos fue el más votado.

Desde Castilla- La Macha, María Pérez también cree que, por sus bases y sus documentos, Podemos es un partido feminista. Pero "con margen de mejora, por supuesto".

"Los partidos reflejan la sociedad y aunque tenemos la suerte de formar parte de un partido que siempre se ha autodefinido como feminista, hay ciertas dinámicas que tenemos que seguir luchando para cambiar y despatriarcalizar", dice Pérez, que, lejos de la dirección nacional del partido, subraya el "esfuerzo especial" que hay que hacer en el mundo rural "para que las mujeres participen y haya portavocías paritarias".

Desde fuera de Podemos, Arroyo rompe una lanza en favor de la política en general. "Va muy por delante de otros ámbitos sociales. La mitad de las Cortes son mujeres, casi la mitad del Gobierno... vemos a muchas políticas hablar y decidir", dice y pide "ser justos": "Se puede hacer mucho más, pero al menos la política hace más cosas que la empresa u otros ámbitos".

Por lo que respecta al partido morado, Arroyo no ve en él "absolutamente nada referido a políticas feministas que no vea en cualquier otro partido de la izquierda".

"Es teóricamente tan feminista como cualquier otro partido. Lo que pasa es que como Podemos proclama ser más feminista que ninguno y quiere ser revolucionario en el lenguaje y las formas, provoca situaciones como la de ayer: tres hombres llegando a un acuerdo político bajo un rótulo gigante que dice: Nosotras", afirma.

Funes sí ve más diferencias y Podemos no queda mal parado. "Hay partidos que aparentemente da un lugar prioritario a las mujeres pero de eso no se puede deducir que se esté siendo coherente con la política de género".

"Podríamos decir que el PP da una relevancia muy importante a sus cargos públicos", añade Funes en relación a un partido donde, por ejemplo, son mujeres su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. "Pero yo de ahí no deduzco que el PP sea coherente con un discurso de género que defienda la igualdad".

Eso sí, su percepción de la foto de este jueves es que "las formas en las que esta actuando Podemos parece que respondan en absoluto a su discurso de política de género".

Políticas de igualdad

La implicación de Podemos en la huelga feminista del pasado 8 de marzo fue incuestionable e, incluso, debemos a dirigentes morados la normalización de términos como "machirulo", la fusion de "macho" y "chulo" para referirse, según Fundeu, en el ámbito feminista al hombre machista que hace gala de esa condición.

Por lo que respecta al contenido, Podemos ha estado detrás de iniciativas políticas como la que en 2015 buscaba reorganizar el sistema de cuidados y que junto a elementos económicos incluía medidas sobre igualdad en relación a la idea de igualar los permisos de paternidad y maternidad o la eliminación de la obligación de que para recibir una ayuda de dependencia sea obligatorio que los cuidados los preste alguien de la propia familia, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos, las cuidadoras son las mujeres.

Más recientemente, ayuntamientos vinculados a Podemos como el de Madrid o Barcelona se han sumado al "urbanismo de género", con medidas cuyas beneficiarias son las mujeres en tanto que víctimas principales de ataques sexuales, como la mejora de alumbrado o el refuerzo del transporte público en lugares de difícil acceso.

Macho alfa

Frente a estas medidas, la figura masculina en Podemos suele aparecer como la poderosa en los momentos más tensos del partido. La acusación de "macho alfa" que un militante lanzó contra Iglesias en Vistalegre II es prueba de ello.

Antes de que la batalla de Madrid de esta última semana se sellara con un pacto de caballeros, ha sido normal ver al secretario de Organización, Pablo Echenique, poniendo orden en conflictos internos o a Iglesias y Errejón liderando propuestas distintas o librando batallas internas.

Son "luchas de poder que no son feministas, siguen lógicas patriarcales", lamentan en el Círculo de Feminismos de la Comunidad de Madrid en referencia a su partido, que es también el de Iglesias, Errejón y Espinar.

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