Revelan que el factor genético es clave en la reacción alérgica

Una enfermera inyecta una vacuna a un paciente.
Una enfermera inyecta una vacuna a un paciente.
EP/SESCAM
Una enfermera inyecta una vacuna a un paciente.

Científicos austriacos demuestran que el factor genético es clave en la reacción alérgica, mediante un mecanismo descubierto que, además, abre la perspectiva de nuevas terapias y medidas de prevención. La información ha sido conocida por un comunicado de la Universidad de Medicina de Viena (MedUni).

Todo ello fue reconocido por Winfried F. Pickl, catedrático del Instituto de Inmunología de la MedUni, afirmando que "si alguien desarrolla una alergia o no, depende en gran medida de factores genéticos".

Los examinadores revelaron que el gen HLA-DR1, así como las células T reactivas específicas, son determinantes en estas enfermedades autoinmunes, alergias e infecciones crónicas.

"Ahora sabemos cómo el sistema crea la alergia en la vía molecular, lo que permitirá intervenir mejor de forma preventiva y terapeútica en el futuro", desvela Pickl en el mensaje.

Ahora, tras una experimentación con ratones, los científicos constataron que la alergia a la artemisa únicamente puede ser desarrollada por animales que tengan el gen HLA-DR1. El alérgeno de la artemisa fue proporcionado a los roedores a través del tracto respiratorio, que es la misma manera por la que suele llegar al cuerpo humano.

Pickl declaraba que el citado gen, unido a un mayor número de células T específicas y alérgenas que de células T reguladoras, desencadenaba en el animal un "brote explosivo de asma y producción de inmunoglobulina E", que es un anticuerpo responsabilizado de la alergia.

La prueba se valora como útil porque los científicos recurrieron a ratones que portan un receptor humano de células T concreto para agentes alérgenos y que también presenta moléculas de HLA humano- en este caso HLA-DR1- en células concretas. "Nuestro nuevo modelo es el primero que refleja la situación en los humanos", agregó Pickl.

Los profesionales de MedUni pudieron también demostrar que dar interleucina-2 (IL-2)  fomenta las células T reguladoras e impide el brote de asma alérgico. "Esto abre posibilidades para eventales futuras vacunas contra la alergia en los humanos, sobre todo preventivas para grupos de riesgo, similar a una vacunación común", sostiene el científico.

Sin embargo, Pickl reconoció que "el modelo descrito en el presente estudio es específico del alérgeno clave de la artemisa", pero confiaba en que el descubrimiento pueda servir para otros agentes. "Estamos trabajando para desarrollar sistemas similares para todas las alergias", explica.

El producto final de la investigación ha sido publicado en la revista EBioMedizin, cerca ya de la Semana Internacional de Alergia, que tendrá lugar del 22 al 28 de abril.

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