Aquel día, un hombre disminuido psíquico se encontraba en la lonja que un grupo de jóvenes comparten en Portugalete. Siete de ellos, entre 18 y 22 años, le sometieron a una humillación que difícilmente olvidará.

Tres de los muchachos sujetaron por la fuerza a la víctima, pegándole en las manos con el palo de una escoba. Mientras, otros dos jóvenes le raparon la cabeza y las cejas.

Usaban para ello tijeras y maquinillas de afeitar. Como quiera que el hombre se resistía a empellones, sufrió cortes y contusiones por todo el cuerpo.

Pero el escarnio no acabó ahí. Otros dos jóvenes de la lonja grabaron con sus teléfonos móviles la paliza y, para colmo, colgaron después el vídeo en un conocido portal de Internet al que tiene acceso cualquier internauta del mundo.

Pero la rasura del cuero cabelludo y las cejas no saciaron del todo a los chavales. Para culminar la vejación, los chavales continuaron insultando al disminuido psíquico y le amenazaron: como se le ocurriera contárselo a alguien o denunciarlo a la Policía le pegarían una paliza entre todos.

Toda esta escena aconteció el pasado 14 de noviembre. La Ertzaintza recibió una denuncia por estos hechos, según informó ayer. Tras esto, inició una investigación que le ha permitido identificar a los participantes en la humillación. Eso sí, la Policía vasca se ha abstenido de especificar si fue la víctima o un particular quien denunció lo ocurrido.

Es un delito

Los cinco jóvenes que sujetaron y raparon la cabeza y las cejas al hombre han sido arrestados a lo largo de los últimos quince días. Están acusados de un delito contra la integridad de las personas. Además, los dos chavales que grabaron el abuso han sido imputados por el mismo motivo. No han sido detenidos por no haber tomado parte directamente en la agresión.

Abusa de una menor en su piso

Un joven de 27 años fue detenido en la noche del martes por abusar sexualmente de una menor de 15 años con la que compartía piso en Vitoria, junto con la familia de ésta y otras personas. La víctima se encontraba con su madre en su habitación en la mañana del martes. Esta última se ausentó brevemente, momento que el agresor aprovechó para entrar al dormitorio, realizar tocamientos a la menor y besarla. Al oír los gritos de su hija, la madre regresó y echó al hombre del cuarto. Después, le denunciaron.