Hay dos formas de abandonar a un animal: dejarlo suelto en la carretera o llevarlo a la perrera municipal. Acabará en el mismo sitio, pero hay un abismo entre ambos métodos.

La perrera municipal de Oviedo ha acogido ya al menos ocho animales abandonados tras haber sido regalo de Navidad. Esta semana, los trabajadores del albergue habían recogido ya seis cachorros y dos conejos enanos de los que sus propietarios habían decidido desprenderse.

La Sociedad Protectora de Animales de Oviedo calcula que el número de abandonos durante el mes enero se incrementará hasta un 20% respecto a la media mensual, unos 30, como resultado de obsequios de Papa Noel o de Reyes precipitados o no deseados. El pasado diciembre se recogieron alrededor de 35 perros, hasta llegar a los 380 animales acogidos en el albergue de La Bolgachina, y se adoptaron unos 25.

Según el presidente de la Protectora, Froilán Neira, «no hay que ser alarmista» con el abandono navideño. Pero las cifras crecen en enero y desde la entidad desaconsejan regalar animales por sorpresa para evitar que se queden en la calle.

Aunque esta semana, la siguiente al día de Reyes, el abandono de perros y gatos no aumenta de forma significativa, a partir del 15 sí se nota que los nuevos dueños renuncian a sus animales. «Ven que los cachorros ensucian la casa, que muerden las alfombras y que necesitan atención y los dejan después de tenerlos una semana o diez días en casa», explica Neira.

La buena noticia es que la cifra de animales abandonados «tiende a disminuir un poco», asegura. Pero aún así, los trabajadores del albergue tienen gran cantidad de trabajo este mes en el que, a las altas y bajas de animales, se suman las dos o tres salidas diarias de la furgoneta para recoger perros sueltos y las obras en el centro. Febrero, explica Neira, suele ser más tranquilo.