El Centro Helga de Alvear de Cáceres expone obras del artista japonés Mitsuo Miura

  • El Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear de Cáceres ha creado una exposición sobre obras del artista japonés afincado en España Mitsuo Miura inspiradas en la vivencia conceptual del paisaje, y pertenecientes a la colección del propio espacio cultural, y que puede visitarse hasta el 27 de mayo.
Exposición de Mitsuo Miura en el Centro Helga de Alvear
Exposición de Mitsuo Miura en el Centro Helga de Alvear
EUROPA PRESS
Exposición de Mitsuo Miura en el Centro Helga de Alvear

Se trata de una muestra formada por 42 obras que recorren "toda la trayectoria" del artista japonés en la que "conoce y tiene referencias de algunos movimientos internacionales" y "también va a asumir principios conceptuales en su trabajo teniendo siempre como referencia aquello que le rodea, el paisaje".

Así lo ha detallado la coordinadora de la Fundación Helga de Alvear, María Jesús Ávila, quien ha añadido que en la obra de Miura "vamos a encontrar obras que hacen referencia al expresionismo abstracto, pero pasados por el tamiz del rigor, del refinamiento de su propia cultura oriental y lo mismo va a suceder después con otros principios que vienen del minimalismo".

Afincado en España desde 1966, Mitsuo Miura (Iwate, Japón, 1946) ha sido protagonista de la escena artística española desde los años setenta. Así, Ávila ha destacado que este artista "ha formado parte" de la historia "más reciente" del arte español y ha indicado que Miura ha trabajado "sobre soportes diversos" como pintura, escultura, instalación, fotografía o grabados, por lo que tiene "una obra muy diversa", ha apuntado.

Ávila ha subrayado que el espectador de esta muestra se debe situar "en una actitud de contemplación, de dejarse llevar por la obra" en la que se hace una "serena observación del paisaje", el cual, "se mira no sólo con los ojos sino con todo el cuerpo", ha manifestado María Jesús Ávila.

El entorno que le rodea ha constituido siempre el hilo conductor y la cantera de la que extraer los principios conceptuales y formales que hacen de Miura un singular artista del paisaje. Sin embargo, no será el término paisajista el que defina su obra, a pesar de que la experiencia de la naturaleza en la sierra madrileña en Bustarviejo y en la Playa de Los Genoveses, primero, y el contexto urbano, después, inspiren su trabajo.

Miura no pinta, esculpe o instala paisajes, sino los mecanismos de captación de los mismos, tanto perceptivos y mecánicos como sensoriales, estrictamente físicos, y emocionales. Un recorrido por las obras de la Colección Helga de Alvear reunidas en esta exposición permiten comprobarlo.

Así, no serán árboles lo que veamos ante esos troncos excavados, sino la sensación de adentrarse en el bosque; ni se contempla la costa, la montaña o el mar ante la sucesión de formas abstractizadas, geométricas o no, sino el ángulo de apertura de la cámara fotográfica, la forma y el efecto de los encuadres o la superposición de los mismos, la simplificación de la silueta de la montaña y la costa o la representación simbólica del agua.

Y con ellos, a través del color, se asiste a los cambios producidos en la naturaleza por efecto de las variaciones de la luz a lo largo del día, las transformaciones que causan en su apariencia el calor y la humedad o los destellos del sol en la superficie del mar. Y, todo ello, mediado por un cuerpo, el del artista, que se deja inundar placenteramente por la contemplación y por las sensaciones que, no sólo la vista, sino el cuerpo entero experimenta ante ella, traduciéndola en emoción y serena calma.

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