Tres puentes que cuentan la historia de Pla ciudad de Palencia

  • Puente de Hierro, Puente Mayor y Puentecillas.
  • Palencia no se entendería sin estas tres obras de ingeniería civil.
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Tres son los puentes que cosen el río Carrión a su paso por la ciudad de Palencia: el Puente de Abilio Calderón (más conocido como Puente de Hierro), el Puente Mayor y Puentecillas.

Los tres son huellas del pasado en el presente de la capital, que hoy no se entiende sin alguno de ellos. El Puente de Hierro recuerda el auge burgués en la Palencia de finales del siglo XIX y comienzos del XX, una época de revolución que definió la ciudad que es hoy y en la que se edificaron edificios como el Palacio de la Diputación Provincial o el Colegio de Villandrando y crearon espacios como el Parque del Salón o Jardinillos.

Fue mandado construir por el entonces director de Obras Públicas, Abilio Calderón (por cierto, hermano del bisabuelo del presidente del Real Madrid, Ramón Calderón), en 1909 para, según dicen, contentar a los terratenientes que tenían al otro lado del río sus fincas. Hoy su hierro se yergue todavía solemne y esbelto y comunica el centro de la ciudad con la zona deportiva (Parque de Isla Dos Aguas) y con el Hospital Río Carrión.

Puente Mayor

Los imponentes sillares de piedra del Puente Mayor hablan de la Palencia de los Obispos. Fue construido en el siglo XVI, tiempo en el que la ciudad vivió su mayor prosperidad económica gracias a los favores de los prelados.

En el siglo XIX fue ampliado para que pudiese soportar el tráfico rodado, ya que es la principal vía de acceso desde León. Hoy comunica sigue conservando su majestuosidad y comunica el centro de la ciudad con el barrio de Allende el Río y el Monte El Viejo.

Puentecillas

Puentecillas es el puente más emblemático de la ciudad y puede presumir de ser símbolo de Palencia. Entre sus remozados muros se leen todavía vestigios de su origen romano, posiblemente del siglo I antes de Cristo.

El tiempo le pasó factura y tuvo que ser sometido a varias reconstrucciones, la última en el siglo XVI, que le confirió su aspecto actual.

Hace siglos que dejó de ser una vía principal de entrada y salida a la ciudad y hoy comunica dos de los grandes parques de Palencia, Huertas del Obispo y El Sotillo de los Canónigos.

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