El comercio 'online' en España se topa con el muro de los productos frescos

  • El 60% de los compradores digitales solo adquiere alimentos frescos en tiendas físicas.
  • "Se avanza poco en la compra de alimentación porque nuestra oferta de proximidad es excelente", dice Asedas.
  • Apenas el 2% de los consumidores llena su despensa solo a través de Internet.
Una consumidora consulta un mostrador con pescado fresco.
Una consumidora consulta un mostrador con pescado fresco.
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Una consumidora consulta un mostrador con pescado fresco.

Las tecnologías digitales lo han inundado todo. Han reinventado las relaciones personales, han dinamizado el ocio y han facilitado el acceso a la información. También han permitido hacernos más cómodos en nuestra compra diaria de alimentos porque ahorra tiempo y dinero. Pero la innovación se ha dado de bruces con la tradición. Al menos, con la adquisición de productos frescos.

"Hemos avanzado muy poquito en ese terreno, los españoles seguimos prefiriendo las compras en proximidad de estos alimentos, y no por una cuestión de desconfianza, sino porque España es un gran huerto y seguimos prefiriendo adquirir estos productos en puntos físicos de venta", argumenta María Puelles, doctora en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense.

Esta explicación sustenta los números que presentó hoy Asedas en su segundo estudio anual sobre comercio electrónico en el gran consumo. La patronal de la distribución —que representa a marcas como Mercadona, Dia o Ahorra Más— refleja que el 60% de los usuarios online restringe la compra de alimentos frescos a las tiendas físicas y solo el 2% confía enteramente el abastecimiento de estos bienes a los canales digitales. El resto, un 38%, compagina ambas alternativas.

Categorías de productos en compra online
Categorías de productos en compra online

Fuente: Asedas

Según Asedas, esto se observa más con la carne y el pescado que con las verduras. "A la gente le genera más desconfianza comprar una lubina por Internet que un kilo de judías verdes", opina Puelles, la encargada de coordinar el estudio. En el fondo, lo que subyace es una querencia del consumidor español por el tendero y por la confianza que nos ofrece tocar el producto, en olerlo e incluso, en probarlo.

Esto no ocurre con todos los productos de gran consumo. La compra digital gana peso en los envasados y en los productos de limpieza personal y hogar: menos del 10% de los clientes digitales acuden exclusivamente a las tiendas a comprarlos, se triplica el porcentaje de quien los adquiere solo por Internet respecto de los frescos y se supera el 80% de clientes que los incorporan en algún momento este producto a su cesta online.

De izq. a dcha. Ignacio García Magarzo (director general de Asedas), María Puelles (profesora de la UCM) y Felipe Medina (responsable de cada alimentaria de Asedas).
De izq. a dcha. Ignacio García Magarzo (director general de Asedas), María Puelles (profesora de la UCM) y Felipe Medina (responsable de cada alimentaria de Asedas).

De izq. a dcha. Ignacio Gª Magarzo (director de Asedas), María Puelles (profesora de la UCM) y Felipe Medina (responsable de cadena alimentaria de Asedas).

El gran consumo, en todo caso, refleja poco avance digital. "Es el sector que menos avanza", dice Puelles. Adquirimos muchos billetes electrónicos, compramos discos y libros, contratamos servicios por Internet. Pero a la hora de llenar la despensa, recelamos de Internet. La mitad de los encuestados admite realizar compra online en algún momento (el año pasado un 40%, diez puntos menos), pero apenas el 2% usa solo Internet y el resto, un 48%, compra siempre en tienda.

"Que en España estemos menos avanzados tecnológicamente es un mito", apunta Ignacio García Magarzo, director general de Asedas. "Se avanza poco en la compra online de alimentación porque nuestra oferta de proximidad es excelente; tenemos muchas tiendas de barrio, mercados de abastos, un supermercado por cada 2.000 habitantes... y eso no existe en otros países".

¿Y qué aporta el canal online?

La encuesta de Asedas dibuja un consumidor digital de perfil femenino, de 30 a 50 años, educación universitaria, aptitudes digitales, cargo laboral medio, ingresos mensuales de 1.000 a 3.000 euros, que realiza la compra mayoritariamente desde un ordenador fijo —aunque crece la opción del móvil y tablet—, en día laborable y en horario matinal. "Coincide con una persona que compagina trabajo y hogar, y que aprovecha descansos laborales para la compra digital", dice Puelles.

Los motivos para elegir comprar por Internet son variados, pero han evolucionado de un año a otro. Si en el primer estudio de Asedas y la Complutense era la facilidad y comodidad el principal acicate para llenar digitalmente la despensa, este año se valorar más, por este orden, la confianza en el pago, la rapidez de la entrega y la confianza en la tienda. "Que los precios sean más bajos, los gastos de envío se valoran poco", dice Magarzo. En concreto, es la séptima motivación.

La confianza es precisamente la clave de que distribuidores sin tiendas en las calles, como Ulabox, Amazon o Tudespensa, tengan más dificultad en hacerse con un hueco en el mercado. Según la experta María Puelles, apenas el 1% de los encuestados dice comprar en estos operadores online puros. "Están perdiendo atractivo precisamente porque ofrecen menos confianza que establecimientos que ya se conocen y que sí tienen presencia física", dice.

"También somos cómodos, si hacemos la compra digital preferimos que nos la traigan", dice Puelles. Solo el 5% opta por recogerla en tienda, aunque ayude a dejar menos huella contaminante. "La compra de proximidad es eficiente en este ámbito porque el 85% de los consumidores va a las tiendas andando", añade el director general de Asedas, que remarcar el impacto ambiental que tendrá el avance del comercio electrónico por las entregas a domicilio y el envasado de productos.

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