Los profesores de institutos zaragozanos se han visto obligados a modificar los encargos de trabajos escolares a sus alumnos para evitar que los copien de Internet. Los docentes recomiendan el uso de las nuevas tecnologías, pero en algún caso les han presentado encargos exactamente iguales.

Páginas gratuitas como www.rincondelvago.com ponen a disposición de los alumnos miles de trabajos que se pueden descargar gratis, listos para copiar, pegar y entregar en clase.

Para atajar estos plagios, los profesores están sustituyendo los trabajos clásicos de todos los años por otros más concretos que exigen consultar más de una fuente, para que no puedan entregar un trabajo hecho con anterioridad sin hacer ninguna aportación propia.

«Les animamos a que usen Internet, pero como si fuera un libro más y les pedimos que nos indiquen de dónde han sacado toda su información», dice una profesora de Lengua.

Internet también es una herramienta muy útil para detectar a los tramposos. Los docentes aseguran que les basta con teclear en un buscador la primera frase de un trabajo para saber si es o no un plagio. Además, hay programas gratuitos, como Antiplagio, de EducaRed, o Copycatch, que analizan diferentes fuentes para localizar trabajos copiados.

Una herramienta clave

Internet, a pesar de estos quebraderos de cabeza, es una herramienta indispensable para los profesores. Además de hacer las clases más dinámicas, las nuevas tecnologías permiten a los centros dar una información precisa y continua a las familias de los alumnos.

Este curso, los padres de más de 8.000 alumnos de Secundaria pueden saber, por correo electrónico o mensaje de móvil, si sus hijos han hecho pirola y la mayoría de los centros informan a las familias por Internet sobre el rendimiento de los alumnos.

Hasta en trabajos voluntarios

La tentación de poder tener listo un trabajo en cuestión de minutos es, según los docentes, la principal razón por la que los chicos recurren a Internet para copiar sus deberes. «Los chavales copian hasta en los concursos literarios, que son voluntarios. Nos han llegado a presentar relatos de algún premio Nobel», explica el director de un instituto zaragozano.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ZARAGOZA.