«Cada año se ocupa a mil personas más. Es una actividad emergente para emprendedores», asegura el técnico de medio ambiente de Master-D Alberto Blázquez. Aun así, sólo se imparten cursos no reglados; los estudiantes suelen ser titulados en turismo, empresariales o educación física.

 

Otro tipo de usuarios

 

Los emprendedores deben tener presente que este tipo de turista tiene un poder adquisitivo medio-alto, huye de las grandes concentraciones y busca algo distinto. Blázquez subraya el factor de la calidad para fidelizar al cliente.

 

«A diferencia del turismo de sol y playa, cada empresario de interior genera unos 3-4 puestos de trabajo. Es un sector sostenible que no puede caer en el error de la masificación y que resulta rentable a medio y largo plazo», apunta.

 

Posibilidades

 

Las salidas laborales son variadas. Algunas requieren una inversión importante, pero asequible. Rehabilitar una casa rural (en muchos casos, de propiedad familiar) es una buena opción.

 

La administración facilita ayudas para mantener la economía de las zonas en peligro de despoblación, perfectas para montar un negocio de turismo rural. Otros puestos relacionados con el sector son los de monitor de deportes de aventura o guía de senderos.

 

EL SECTOR, POR COMUNIDADES

 

La fiebre del turismo rural se extiende por toda la Península. Sin embargo, contar con un entorno natural adecuado no es sinónimo de prosperidad si no se invierte en darlo a conocer entre los posibles visitantes. Así, las comunidades en cabeza son Castilla y León, con 368.664 visitas (21%); Cataluña, con 207.722 (11,8%), y Galicia, con 164.024 (9,3%). A la cola quedan La Rioja, con 16.899 (1,0%); Murcia, con 30.521 (1,7%), y Canarias, con 31.753 visitas anuales (1,8%).