«Los clientes tendrán que buscar dónde están sus puestos preferidos». Excepto este inconveniente –obvio tras cualquier traslado–, que relata el presidente de la Asociación de Comerciantes de Mercados Municipales, Juan Manuel Bravo, el traslado del mercado central a la instalación provisional de la calle Camas parece no encontrar demasiados escollos.

El cambio de ubicación se materializará este viernes, 11 de enero, cuando los comerciantes terminen de poner a punto el funcionamiento de sus nuevos puestos, algo que llevan haciendo «durante un mes». Esta misma semana se está trasladando el género y comprobando que no haya fallos en las cámaras frigoríficas.

«No hay mucha diferencia de espacio con Atarazanas, describe Bravo, aunque los puestos se han tenido que ajustar a la nueva distribución en forma de letra u. Es más, venderán los mismos 142 comerciantes de siempre.

En la medida de lo posible, estarán concentrados por actividades (venta de pescado, frutas y verduras, carne, etc.), pero algunos han acabado intercalados.

Tampoco cambiará el horario: la actividad comienza sobre las seis de la mañana, los primeros clientes suelen llegar dos horas más tarde y la hora de cierre la marca la demanda de cada día: hasta las 15 o 15.30.

Atarazanas, que «lloraba ya por una remodelación», recuperará sus elementos más emblemáticos ocho años después de la primera planificación de la reforma. Está previsto que las obras duren un año y medio –si no hay más retrasos– y que cuesten siete millones de euros.