G. P., la madre del joven de 27 años que mató a su padre en Alcalá de Guadaíra el 1 de enero, declara hoy ante el juez como testigo. Debe ratificar la supuesta agresividad de la víctima a la que ha aludido A.D.P., el imputado, quien ha dicho que fue en legítima defensa. Su versión es que su padre se puso muy nervioso y violento al oír los petardos de la calle. La mujer no vio el parricidio porque el imputado le dijo: «Quítate de en medio, que esto es muy desagradable». Pero la legítima defensa no encaja totalmente con la reconstrucción de los hechos ni con el informe de la autopsia. El detenido no presenta heridas defensivas.
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