La crisis de la vivienda pega fuerte al mueble y al ladrillo andaluz

La jiennense Bailén y la cordobesa Lucena, ejemplos de andaluces que viven del sector y ya empiezan a apretarse los cinturones.

Cada pareja que sale del banco con cara de felicidad y su hipoteca en el bolsillo para comprarse su nueva vivienda da una alegría a mucha más gente que a los responsables de la sucursal. En especial, a los vecinos de algunos municipios andaluces, como el jiennense Bailén, que en buena parte vive de la fabricación de ladrillos, o el cordobés Lucena, cuya economía descansa en la fabricación y venta de todo tipo de muebles.

Ambos municipios son un claro ejemplo de cómo la crisis del ladrillo ha llevado la preocupación a sus vecinos y la precaución a la manera en la que rascan sus bolsillos.

el ladrillo de bailén

Almacenes llenos

Dice José Antonio Alcalá, presidente de la Asociación Jiennense de Ceramistas, que el parón de la construcción les está «afectando mucho». Con una caída del 30% sobre lo que se vendía hace un año, cuenta, «los almacenes están llenos de ladrillos sin vender».

De hecho, estas Navidades  los ladrilleros de Jaén, que suman 41 empresas, en las que trabajan 1.700 personas, han optado por dar vacaciones a su personal para reducir su producción e intentar vaciar los almacenes. En Bailén le ven ya las orejas al lobo y empresarios y trabajadores empiezan a hablar de expedientes de regulación de empleo si la crisis se alarga.

Las cifras de empleo ya lo corroboran. Si el paro total en Bailén en el mes de noviembre (último dato disponible) sobre el mismo mes de 2006 había subido un 6,7%, el del sector industrial se disparó hasta alcanzar un 30%.

Así, no es de extrañar que Manuel Caler, director del principal supermercado de la ciudad, cuente que estas Navidades la gente se haya permitido menos lujos. «En 2006 vendimos mucho cochinillo y mucho cordero. En cambio, este año se nos ha acabado el conejo y el pollo. Hemos vendido un 20% menos de cordero y el cochinillo no ha tenido ninguna salida»..

El mueble de Lucena

Adiós a los caprichosos

Una experiencia que comparte su homólogo Antonio Ramírez, en la cordobesa Lucena.

«Hace un año, la media de gasto por persona era entre 29 y 30 euros, y ahora está entre 24 y 25 euros». Cada día, Antonio comprueba que los caprichos «van desapareciendo de los carros».

También las cifras del paro han subido en la ciudad, y de manera especial en el sector industrial, que en Lucena significa sobre todo fabricas de muebles: si en noviembre de 2007 había un 4,9% más de parados que en noviembre de 2006, en el sector industrial la subida fue del doble, un 10,4%.

Javier Espinosa tiene claros los motivos: «Con el cambio de ciclo en la construcción, nuestras ventas han caído de un 20 a un 30%». Espinosa es el presidente de la Unión de Empresarios de la Madera y el Mueble de Córdoba (Unemac), que agrupa a 1.200 empresas, en las que trabajan más de 6.000 personas.

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