El Estatuto de los Trabajadores recoge el derecho a la ocupación efectiva, es decir, hay que tener un trabajo y hay que tener algo que hacer en él. Quien piense que le pagan por no hacer nada está equivocado. Al margen de tu progreso y formación profesional, estar desocupado constantemente es un atentado contra la dignidad del trabajador.

No todos los trabajos son iguales. Pensemos en el chófer del vehículo oficial que espera a que la autoridad acabe de cenar para llevarle a casa. Existen situaciones laborales en las que la única tarea es esperar. Siempre podemos encontrar una ocupación alternativa, pero también podemos permitirnos la relajación porque pronto volverá la actividad.

Pero hay otros casos en los que el problema es mayor: si la falta de trabajo es una constante, entonces hay que tomar medidas. Puede ser que la producción de la empresa haya caído en picado, que el trabajador haya caído en desgracia o que la organización de la oficina sea un caos. La respuesta no es quejarse sin poner medidas ni quedarse aparentando que se está ocupado.

Cómo resolver...

Llevas una temporada sin que te encarguen demasiadas labores y quieres permanecer en la empresa: debes mostrar interés por la situación y motivación por el trabajo. Pregunta a los responsables, trata de encontrar alguna explicación, plantea alguna ocupación alternativa o la realización de actividades de formación.

No hay demasiadas cosas que hacer ni tienes demasiado interés por el empleo: un salario así puede ser útil una temporada, pero a largo plazo es una inversión nefasta, pues lastra tu evolución profesional y limita tu calidad de vida. Búscate otra cosa.

Hay trabajo, pero no para el que habías sido contratado: el empleador tiene la obligación de darte una ocupación efectiva con funciones propias de tu categoría profesional. Si al chófer del ejemplo anterior le mandan hacer las compras de la autoridad, no debería estar obligado a hacerlas.

Últimamente no tienes tareas que hacer, pero el resto del personal sigue funcionando como siempre: debes tratar de averiguar cuál es el problema. Ésta es una práctica que se repite en casos de acoso laboral; si es así, se tiene derecho a la extinción indemnizada del contrato y a la reparación de los daños y perjuicios que se ocasionen.

APROVECHA TU TIEMPO

-Adelanta todo el trabajo que puedas.

-Ayuda a los compañeros que sí tienen cosas que hacer.

-Ocupa tu tiempo libre en leer cosas relacionadas con tu trabajo.

-Ordena tu puesto.

-Charla con tus compañeros, ellos pueden ayudarte.

-Navega por Internet, es una gran fuente de información.

EN PERSONA

 "Mi trabajo es estar ahí, no es nada apasionante"

Rafael Noceda. 42 años, portero de finca

Mi jornada es todos los días igual. Guardo los cubos de basura, limpio, hago alguna compra, viene el de la antena, el fontanero, algún vecino, leo el periódico, a veces me traigo el portátil, me fumo un cigarro... Mi trabajo es estar ahí. No es lo más apasionante del mundo, pero ya llevo muchos años.

"Espero no dedicarme a esto mucho tiempo más"

Amalia Cortés. 23 años, azafata

No tengo ordenador y no me dejan hablar por teléfono. Muchas veces no hay nada que hacer y no me queda otra que bromear con las compañeras. Pero cuando hay trabajo tampoco es mejor. Estar todo el día de pie y sonriendo no es ningún placer. Espero no tener que trabajar en esto durante mucho tiempo.