Y por fin llegaron las rebajas de enero. La lluvia no fue impedimento para que miles de donostiarras abarrotasen las tiendas, pero sin llegar a los extremos de las grandes capitales. Poco antes de las 10 de la mañana los más madrugadores formaban tímidas colas en las entradas de las grandes cadenas de ropa, mientras que entrada la mañana, en los establecimientos más pequeños se percibía más movimiento del habitual.

Desde primera hora de la tarde la afluencia de gente se incrementó de forma espectacular y buena parte de los establecimientos no daba abasto para atender a los compradores. "Para qué voy a pagar 70 euros en Navidad si ahora lo puedo comprar por 50 euros o menos", comentaba Josu, mientras buscaba una cazadora que ya tenía ‘fichada'. En la misma tienda, Carlos se disponía a pagar un abrigo que pocos días antes había visto "al doble de precio".

Según un estudio de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) cada vasco gastará 130 euros de media en las rebajas, una cifra superada tan solo por Madrid y Castilla La Mancha.

La otra cara

Mientras la multitud invade las tiendas, las dependientas trabajan a destajo para ultimar los detalles de los escaparates, recolocar el material o anotar los nuevos precios. "Tenemos mucho lío porque la gente viene a cambiar los regalos y a eso se unen las rebajas", comentaba la empleada de una cadena de ropa.

"Es agobiante porque tenemos muy poco tiempo para quitar lo de navidades y poner las rebajas", afirmaba otra dependienta. Pero con el transcurso de las semanas el agua vuelve a su cauce ya que cuando llega la nueva temporada "las rebajas quedan de lado".

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