Muchos médicos cordobeses tienen la sensación de estar más pendientes de la pantalla de su ordenador que del paciente en las consultas. La implantación del programa Diraya en los centros de salud está causando auténticos quebraderos de cabeza entre los facultativos. El vicepresidente del Sindicato Médico (SMA) en Córdoba, José Luis Navas, indica que «es lamentable que un sistema informático que se creó para agilizar el servicio en unas consultas ya de por sí masificadas dilate más aún nuestro trabajo».

Todo ello provoca que los galenos tarden más tiempo en atender a los pacientes, con el consiguiente «cabreo» que esto origina entre los enfermos y sus familias, «llegando incluso a agredirnos». «Ante esta situación, muchos médicos prefieren ya tomar la información a mano en vez de meterla en el ordenador», asegura Navas. El sindicato reclama el cambio de este sistema informático.

Falta de formación

La Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria también opina en esta línea. Su presidente, Manuel Lubián, se inclina por incorporar mejoras para hacer el sistema «rápido, ágil y que permita una exploración correcta del paciente». La falta de formación que ha recibido el personal para manejar Diraya es, en opinión de Lubián, otro punto negro. En este sentido, asegura que los médicos han sido totalmente autodidactas. No obstante, destaca la gran ventaja que representa contar con toda la información centralizada y ordenada. La presidenta de la asociación Defensor del Paciente, Carmen Flores, afirma que estas situaciones están deteriorando la relación médico-paciente. «Ahora se producen más reclamaciones contra los facultativos», recalca Flores. La Consejería de Salud, por su parte, mantiene que el objetivo del sistema Diraya es liberar al médico de tareas administrativas, aunque reconocen que su implantación es complicada.