Así lo ha señalado durante su participación en unas jornadas celebradas en el Seminario Metropolitano de Zaragoza con motivo del Día del Seminario, este lunes, 19 de marzo, que este año se conmemora bajo el lema 'Apóstoles para los jóvenes'.

La Iglesia celebra esta jornada coincidiendo con la fiesta de San José, patrono de los seminarios católicos. En las Comunidades autónomas en las que no es festivo, como Aragón, se conmemora el domingo más cercano, en este caso, el 18 de marzo.

Monseñor Jiménez celebrará este año sus bodas de oro sacerdotales y ha agradecido el apoyo que durante su vida ha recibido en su camino

por parte de sus padres, los sacerdotes de la parroquia, del seminario y a sus maestros, para afirmar que el primer seminario es la familia y "el futuro de las vocaciones se forja en ella".

El arzobispo de Zaragoza ha manifestado que para ser sacerdote "solo hace falta amar, porque el sacerdocio es un camino de amor",

de ahí su lema episcopal 'Amoris Officium' -Servicio de Amor-.

Según ha revelado en estas jornadas, los años más felices de su vida fueron los del Seminario Menor, al que entró con 12 años, donde "veía a los chicos del seminario y quería ser como ellos" y también "como el sacerdote que los llevaba".

En las jornadas celebradas en el Seminario Metropolitano de Zaragoza, se ha conocido el testimonios de cuatro vocaciones sacerdotales, en diferentes etapas de su vida, y también se ha revisado el panorama de las vocaciones en la diócesis.