Hoy es un día difícil, peor que un lunes después de unas largas y buenas vacaciones. Estas fiestas agotan por algunos excesos; el mayor, probablemente el de Nochevieja. Por eso hoy hay que volver a la realidad del día a día, una jornada laboral tras el paréntesis de una fiesta en la que se consume demasiado y a veces de una manera innecesaria. Pero ya se sabe que nos gusta tirar la casa por la ventana de vez en cuando, y parece que la Navidad es el mejor momento. De hecho, todavía queda el último obstáculo antes del largo enero de un bisiesto como éste. Los Reyes que se llevan otro buen pellizco de la extra. Total, que estamos en la época de mayor gasto colectivo del año. Desde el punto de vista individual, parece exagerado lo que compramos: hay tantas cosas inútiles que entran en casa estos días.

Pero desde el punto de vista colectivo, si no se gasta, sería una ruina para nuestro comercio, que con unas buenas ventas estos días libra una temporada. Aunque este año el repentino e intenso encarecimiento de los productos básicos seguramente ha afectado a las compras de los regalos. Pero siempre nos quedan las rebajas.