En 2006, el número de divorcios que se registraron en nuestra comunidad creció un 122% respecto al año anterior, de 12.217 a 27.203 casos. Según los datos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), en 2007 la situación está siendo bien distinta y sólo en el primer semestre ya se han contabilizado un 12% menos de separaciones que en el mismo periodo de 2006.

Para Ángel Luis Blanco, abogado de familia y mediador familiar, con la entrada en vigor del divorcio exprés, muchas parejas que ya tenían la decisión tomada o incluso estaban separadas de hecho acordaron formalizar esa situación real aprovechando las ventajas de la nueva norma. Superado ese boom inicial, «el nivel de conflictividad y el flujo de divorcios vuelve a sus cifras más habituales», explica este experto.

Aun así, si se mantiene el ritmo actual, 2007 se cerrará con unas 24.000 separaciones.

Aunque esta cifra todavía esta lejos de los más de 27.000 matrimonios rotos de 2006, sigue siendo bastante más alta que las registradas en el año 2004 (19.120) o en 1998 (14.678).

Aunque, eso sí, según el psicólogo experto en terapia de familia Juan Pablo Sobrino, las parejas que se divorcian actualmente cuentan con un denominador común: tienen hijos.

«Los niños acarrean un gran estrés a la pareja, que tiene que adaptarse a una etapa nueva», explica Sobrino. La mediación familiar también suele atender mayoritariamente casos de parejas con hijos. Y como la mujer aún tienen más cargas dentro del hogar, es ella quien en la mayoría de los casos toma la iniciativa a la hora de separarse. Según Sobrino, los hombres lo pasan muy mal los primeros meses, pero luego se recuperan rápido de la ruptura.

Segundas nupcias.- Contrato previo

Las personas que forman una pareja tras haber tenido una relación anterior suelen dejar muy claras sus cláusulas de convivencia previamente. Consideran que han aprendido de las situaciones del pasado.

Habla la Iglesia.- «Autodestrucción»

El obispo de Málaga, Antonio Dorado, ha asegurado que el divorcio exprés provoca la «autodestrucción lenta del tejido social». Equipara sus efectos a los del aborto o la violencia infantil.

Pérdida de respeto.- Sin vuelta atrás

El psicólogo experto en terapia familiar Juan Pablo Sobrino considera que las parejas que se pierden el respeto ya no tienen vuelta atrás. Si ambas partes se han despreciado, es difícil que pueda haber solución.

Cuidado con los hijos.- Padres para siempre

Los hijos, moneda de cambio en muchas separaciones, pueden llevarse la peor parte de una ruptura. Los expertos recuerdan a las familias que se rompe la relación conyugal, pero se es padre para siempre.