«Buf, difícil lo tienes... ¿Pero no sabes que los maricones no jugamos al fútbol?», le respondían personas del movimiento gay a Javier Regalado cuando éste buscaba gente para formar el equipo.
Le costó meses, pero al final ha conseguido que este año una veintena de personas jueguen y entrenen cada semana en una liga amateur de fútbol 7 en Vizcaya.
El equipo tiene dos objetivos. El esperado, es decir, hacer deporte, conocer gente y pasarlo bien, y uno más: «Montamos un equipo de fútbol porque en este deporte somos poco visibles. Sólo por estadística, tiene que haber futbolistas de élite homosexuales. Aún hay muchas barreras», explica Regalado. De hecho, admite que muchos gays pasan de este deporte. «Bueno, el tópico de que a este colectivo no le gusta el fútbol tiene algo de fundamento», concede.
Claro que hay barreras. «No os dejaréis ganar por estos maricones, ¿no?», gritó un rival desde el banquillo a sus compañeros de equipo. Los de Kamalions ya han tenido que soportar un par de comentarios homófobos, aunque cuentan que, en general, el respeto ha sido total.
Además, también ellos vacilan. «Como somos maricones, los equipos vienen más picados», bromean.
Y menos mal que la meta no era ganar la liga. Porque a nivel de resultados, les va flojo. Van últimos, con un punto «que celebramos como la final de la Copa de Europa», ironiza Regalado. Un punto más por la normalización de la opción homosexual.
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