¿'Niñofobia' en la alta cocina? Los cocineros opinan sobre ir a los restaurantes con niños

Niño comiendo
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Niño comiendo

Hay temas que, desgraciadamente, nunca pasan de moda. Y el de los niños en bares y restaurantes es uno de ellos. Cada cierto tiempo, un establecimiento o un cocinero insinúa o pide a los padres con niños que se abstengan de visitarlos. Los argumentos son de sobra conocidos: los menores pueden molestar a otros comensales y estropearles la experiencia gastronómica. La consiguiente polémica también es parte del menú habitual.

El último ejemplo ha sido un bar de Salamanca que tuvo la brillante idea de exponer sus normas en un cartel en la puerta. El derecho de admisión entendido en su vertiente más libre y utilizado para prohibir la entrada a los más pequeños. Algo que ocurre en otros ámbitos -hoteles, cruceros...- pero que en el mundo de la restauración sigue siendo tan poco habitual como mal visto.

"Puedo entender que haya gente a la que los niños les moleste, y que haya padres que no tengan sentido común suficiente como para saber dónde pueden ir y dónde no con niños, pensando tanto en los niños y sus necesidades como en el respeto a los demás, pero no se puede prohibir un colectivo entero ya de entrada basándose en prejuicios", explica Melisa Tuya, autora del blog Madre Reciente, donde ha abordado este mismo tema en varias ocasiones.

"¿Llevan los padres a sus hijos al teatro?"

El caso de Salamanca es sólo uno más de la lista. En marzo del pasado año, el restaurante Caruso's (Carolina del Norte, Estados Unidos) prohibió la entrada a niños después de un enfrentamiento con los padres de una niña que se negó a bajar el volumen de su iPad en medio de la cena. De estilo clásico y precio elevados, por lo visto la medida no ha sido muy bien acogida y ha afectado mucho a las cuentas del negocio.

También en Estados Unidos, Gran Achatz -chef de Alinea, uno de los mejores restaurantes del mundo- desataba la polémica hace ya tiempo al preguntarse en Twitter si los padres también llevan a sus pequeños al teatro o a conciertos, tras un problema con un niño un tanto escandaloso en su lujoso establecimiento.

¿Hay niñofobia en la alta cocina?

¿Es la combinación de niños y alta cocina tan problemática como a veces se pinta? ¿Existe esa niñofobia que ha llegado a tener hasta hashtag propio? ¿Realmente es incompatible un bebé con un comedor con Estrellas Michelin?

De entrada, es algo que ocurre de forma muy puntual, apuntan desde Lasarte, el restaurante de Martín Berasategui en Barcelona y reconocido con 3 Estrellas. Además -apuntan- quienes se animan a venir con el carrito o con un niño pequeño suelen avisar, con lo que ya se les sitúa en un lugar más tranquilo, no sólo por la tranquilidad del resto de comensales, sino también del pequeño y de sus padres".

Hablamos de menús de precios elevados y que se prolongan durante horas, de ahí que en algunos casos se recuerde que puede no ser un buen plan para un menor. ¿Prohibición? En ningún caso. Tampoco políticas concretas sobre si ir o no con niños, con lo que queda en manos del sentido común de los padres.

Entre las dudas que surgen en foros de opinión de DiverXo (Madrid) es una pregunta bastante habitual. ¿Es buena idea ir con niños? La mayoría de las respuestas de otros comensales es que no, aunque hay quienes recuerdan haber estado sentado junto a un cochecito de bebé sin ningún problema.

Toño Pérez desde Atrio (Cáceres, dos Estrellas Michelin) también aboga por el sentido común y la normalidad, aunque reconoce que es un tema que siempre genera polémica. Tampoco recuerda haber tenido nunca ningún problema con comensales acompañados de niños aunque, llegado el caso, siempre se puede mediar con delicadeza. O incluso llevar al niño a que vea la cocina para que se calme, sugiere tras declararse un apasionado de los pequeños.

Una de las salas del restaurante Atrio, en Cáceres.
Una de las salas del restaurante Atrio, en Cáceres.

Los pequeños también se atreven con el menú

En Caelis (Barcelona, una Estrella Michelin) recuerdan que una experiencia gastronómica requiere de un espacio tranquilo. Aunque no hay ninguna política al respecto, consideran que no es un lugar muy adecuado para menores de 10 años. En Xerta, también en Barcelona y con una Estrella, los niños son bienvenidos, nos aseguran.

¿Y qué ocurre si la situación se descontrola un poco? Puede ocurrir en un restaurante exactamente igual que en cualquier otro lugar. Es poco habitual, pero un elegante y educado toque de atención es el remedio que todos recomiendan y aseguran aplicar.

Y es que considerar que los niños, de entrada, son  un potencial problema en este tipo de locales posiblemente sea una exageración. Empezando porque ocurre de forma muy ocasional -hay clientes que piden una canguro en la habitación del hotel para poder cenar solos, señalan desde Atrio- y porque no hay que olvidar que los niños muy pequeños pero acostumbrados a comer en este tipo de lugares no tienen ningún problema en atreverse con un menú degustación.

En nuestra última visita a Mugaritz, en una mesa familiar, dos menores comían sin ningún problema los vanguardistas y atrevidos platos de Aduriz. En Lasarte recuerdan haber tenido comensales de siete años que probaron casi todos los platos del menú. Y con los que no se atreven, se adaptan sin problemas.

Y es que la sensación tras hablar con algunos de los mejores cocineros del país es que, en realidad, los niños no son ningún problema. O, al menos, bastante menos que algunos adultos.

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