El acusado de violación se declara "inocente", su abogado "duda" de la víctima y el fiscal ve "normal" su reacción

  • El acusado de violar a una mujer tras invitarla a comer en su casa, en Pesués (Val de San Vicente), se ha declarado este martes "inocente" en la última sesión del juicio celebrado contra él en la Audiencia de Cantabria, que ha quedado visto para sentencia tras la declaración de los peritos y después de que todas las partes hayan elevado a definitivas sus conclusiones.
Acusado de violar a una mujer en Pesués
Acusado de violar a una mujer en Pesués
EUROPA PRESS
Acusado de violar a una mujer en Pesués

Así, al concluir la vista oral, y antes de que el procesado haya ejercido su derecho a la última palabra, su abogado ha vuelto a pedir la absolución, al considerar que su patrocinado no es autor de los hechos que se le imputan, y teniendo en cuenta, además, las numerosas "contradicciones" en las que ha incurrido la víctima, mientras que él "no se ha desviado" en su relato. Cree este letrado que hay "una duda más que razonable" para condenarle por un delito "tan grave" a una pena de once años de cárcel -como solicita el fiscal- o catorce -como interesa la acusación particular-.

Sin embargo, el representante del Ministerio Público ha subrayado la "persistencia" de la denunciante desde su primera declaración hasta la última, y ha opinado que su reacción tras la supuesta agresión -se fue a Oviedo con el hombre, que le compró unos zapatos e invitó a cenar- puede deberse al "miedo" -a otra agresión- y también a la situación de la mujer, que padecía una discapacidad física, trastorno depresivo y de personalidad. "Que reaccionara así es lo más normal del mundo", ha considerado el fiscal.

De su lado, la abogada de la acusación particular -que pide que se aplique la agravante del trato vejatorio, denigrante y humillante y se indemnice a la víctima por los daños morales- ha puesto de manifiesto en cambio las "contradicciones" del presunto autor de la agresión sexual, a raíz de la cual se "agravaron" las lesiones psíquicas que padecía la mujer.

Antes de que las partes personas en el caso hayan expuesto sus conclusiones ante la sala, han declarado las asistentes psicosociales y los médicos forenses que atendieron y examinaron a la mujer, que en su declaración ante la sala pidió que "se haga justicia" y el hombre "pague por lo que ha hecho", porque "no, es no", alegó.

Las psicólogas han explicado que cuando la entrevistaron -en septiembre de 2016, después de los hechos, que tuvieron lugar a finales de enero- presentaba síntomas postraumáticos, compatibles con la supuesta violación, que habría "agravado" el malestar que "arrastraba" ella por diferentes acontecimientos "negativos" en su vida (depresión post-parto, violencia de género en su matrimonio, estar separada de sus hijos, etc).

Según les indicó la denunciante, había empezado a notar los síntomas en torno a un par de meses antes de la exploración, es decir, unos cinco después de que sucedió todo, con lo cual los mismos tuvieron un "efecto demorado" según las expertas, que han apuntado al respecto que "es algo que ocurre".

De igual modo, han atribuido a que estuviera en "shock" tras la agresión el hecho de que se fuera a Asturias con el hombre, cenara con él y aceptara un regalo (zapatos, que se puso tres días después, cuando declaró ante el juez instructor), aunque también podría deberse a "otras causas", a "muchos factores". Con esto, han aludido nuevamente a su trastorno de la personalidad, que se traduce en una "inestabilidad emocional".

Las psicólogas, que no han podido valorar la credibilidad de la mujer ni si su versión es fruto del delirio o una invención, han apuntado que cuando la atendieron era "consciente" de lo que decía, y lo hacía "con fluidez", ofreciendo "detalles" y de forma "coherente".

Aún así, no pueden determinar "de manera inequívoca" que el episodio denunciado esté relacionado con la sintomatología que presentaba, que asimismo se había podido "amplificar", al tratarse de una persona "más vulnerable" desde el punto de vista psicológico. Han agregado en este sentido que "es difícil delimitar el daño psicológico" con la "estabilidad previa" de la víctima, que en casos como éste pueden presentar también "conductas de evitación" del agresor (en el juicio pidió que él se ocultara tras un biombo mientras ella declaraba, aunque cuando acabó decidió quedarse en la sala en vez de abandonarla).

LESIONES

Por su parte, los forenses que reconocieron a la mujer al día siguiente de los hechos, cuando interpuso la denuncia convencida por una amiga, han precisado que presentaba lesiones en la cara, en concreto una erosión en la zona de la mandíbula y un "pequeño" hematoma en el cuello, de unos dos centímetros y "no muy visible".

Han apuntado que esta última herida sería compatible con "un agarrón", aunque también podría deberse a la práctica de sexo "más fuerte de lo normal", según han admitido a preguntas de la defensa. De la lesión de la cara, la presidenta de la sala ha preguntado si podría deberse a un golpe tras una caída, como alegó el denunciado, y los peritos han contestado que "puede" ser.

También han comentado que personas como ésta, trastornos previos derivados de situaciones de "bastante conflictividad", presentan "gran sensibilidad" ante cualquier estrés, por lo que suelen "reaccionar de forma más exagerada que lo normal".

Finalmente, sobre el hecho de que se fuera a Oviedo con el supuesto agresor y pasara allí varias horas con él, estando parte del tiempo sola, han admitido que no es una "reacción habitual", que podría deberse a "miedo". Aunque, en cualquier caso, la manera de "afrontar una agresión en cada persona es muy diferente", han concluido.

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