Así lo ha anunciado en una nota de prensa en la que ha indicado que con esta veintena de alegaciones quieren preservar el comercio de proximidad "y un modelo territorial de carácter marcadamente insular que evite la proliferación de grandes superficies".

En esta línea, el PI quiere que los ayuntamientos sean "determinantes" para autorizar las superficies de sus municipios, por lo que reclama que los límites de cada equipamiento se reduzcan en función del plan director sectorial que apruebe cada localidad, y que los ayuntamientos tengan "autonomía para poder tomar sus decisiones".

"Creemos firmemente que la superficie comercial de Mallorca debe plantearse con parámetros que respondan al hecho insular, a un territorio y unos recursos tanto medioambientales como de infraestructuras limitados", ha defendido el conseller de El PI, Antoni Amengual.

En este sentido, la formación propone disminuir considerablemente los espacios comerciales. Proponen que en Inca y Manacor no sean superiores a 2.500m2, en los pueblos de más de 10.000 habitantes y núcleos turísticos importantes no superiores al 1.500m2 y un límite de 700m2 para el resto de municipios.

El conseller ha añadido que el PECM debería contar también con el "máximo consenso del sector". "Los empresarios y autónomos deberían ver el PECM como una herramienta útil para regular y ordenar el sector comercial de Mallorca, que garantice el libre mercado, la protección de los consumidores y la adecuada ordenación del territorio y de sus usos", ha argumentado.