Rozalén: "Siento que no puedo escribir lo que quiero por temor a la justicia"

Con motivo del concierto de este sábado en la capital vallisoletana, Rozalén hace un hueco para reflexionar sobre varios asuntos de actualidad.
Con motivo del concierto de este sábado en la capital vallisoletana, Rozalén hace un hueco para reflexionar sobre varios asuntos de actualidad.
EUROPA PRESS
Con motivo del concierto de este sábado en la capital vallisoletana, Rozalén hace un hueco para reflexionar sobre varios asuntos de actualidad.

A pesar de la determinación de sus palabras y sus ideales y de "no tener ni un pelo en la lengua", la cantante Rozalén siente que no puede contar lo que quiere y como quiere por "temor a la justicia", convencida de que en décadas anteriores "había más libertad de expresión que hoy en día".

Dentro de la apretada agenda que la lleva por España y con la que pronto hará las maletas a Iberoamérica con su gira Cuando el río suena..., María de los Ángeles Rozalén, más conocida por su apellido de la meseta sur, hace un hueco para reflexionar sobre varios asuntos de actualidad, con motivo del concierto de este sábado en la capital vallisoletana.

"Estoy totalmente en contra de la violencia y de determinados comentarios", aclara de inicio, pero de ahí a que se condene a alguien por sus pensamientos o su obra "hay un gran trecho", afirma totalmente convencida de que en décadas anteriores "había más libertad de expresión que hoy en día".

Y eso que para Rozalén muchos aspectos de las redes sociales y de las nuevas formas de comunicación se han convertido en "escupitajos de odio" donde la gente expresa sus "más oscuros y sórdidos comentarios sin ninguna capacidad de empatía".

Es esa palabra, empatía, la que más sale de los labios de la cantante; una cualidad que la gente está perdiendo y que se manifiesta en diversos problemas ante los que Rozalén no puede sentirse ajena y que traslada a sus canciones con letras "reivindicativas" que tratan de "despertar algo".

Con ese acento ahogado tan suyo y acompañada de su inseparable bandurria, Rozalén ve lejano aquel 2012 cuando decidió abandonar su Letur (Albacete) natal para instalarse en el barrio madrileño de Lavapiés, donde, tras años de patearse salas manchegas con su arte, logró sacar al mercado su primer álbum Con derecho a...(2013) con el que pronto le llegó la fama y el cariño del público. "Han sido cinco años de vértigo, aún lo estoy asimilando", refiere ahora.

Son esos puntos suspensivos que acompañan siempre a sus trabajos, Quién me ha visto... (2015) y Cuando el río suena... (2017) una interpelación directa a los oyentes pero también una evidencia de que hay determinados temas en los que no todo está dicho y "heridas abiertas" que no han "terminado de cicatrizar" en la sociedad.

A una de estas heridas sin puntos de sutura es a la que le ha dedicado Rozalén uno de sus últimos sencillos, que lleva por nombre el de su tío abuelo Justo, quien desde hace ochenta años está en una de las miles de fosas comunes que aún quedan en España excavadas durante la Guerra Civil y que son "el fiel reflejo de una injusticia" y la evidencia más fehaciente de "la incapacidad del ser humano por ponerse en la piel del otro".

Además de su compromiso con la memoria histórica, la albaceteña ha abanderado musicalmente la lucha por la igualdad de género, un problema aún "lejos de resolverse", pero al que entre "tanta desigualdad" al fin se atisba "un poco de luz" gracias a la "lucha feminista". "La mayoría de la gente es feminista, solo que no lo sabe", anota.

Crítica, reivindicación y protesta, pero también amor, sensibilidad y empatía son solo algunos de los calificativos que a Rozalén le gusta para su música, esa que la ha llevado a los números uno de las radios en España y a derribar barreras que hasta hoy parecían insalvables, como llegar al público sordo con sus canciones interpretadas en lengua de signos y es que eso es la música "un vehículo para traspasar horizontes", concluye.

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