El Banco de Alimentos de Granada reparte comida en la provincia desde hace once años. En 2006, casi 150 instituciones y colectivos recibieron sus productos.

¿Cuándo empezó a trabajar el Banco de Granada?

En 1996 comenzamos a repartir alimentos. Entonces sólo teníamos una furgoneta vieja (risas). Nuestro local era de apenas 40 metros.

¿Qué ha ido cambiando desde entonces?

Entonces entregamos unos 50.000 kilos y el último año fueron más de dos millones.

¿Cómo funciona el Banco?

Los proveedores nos avisan de que tienen productos y nos los traen o vamos a recogerlos. Luego, las instituciones vienen a retirarlos.

¿Quiénes les dan la comida?

Supermercados, cooperativas, industrias... Nos avisan cuando tienen productos próximos a caducarse que ya no van a vender. También el Fondo Español de Garantía Agraria nos da fruta excedente de producción. Un año recibimos roscones de Reyes congelados, en junio.

Siempre productos en buenas condiciones.

Nos dan cosas buenísimas. Además, hemos perdido la vergüenza; no importa pedir si es con un fin solidario.

¿Y los beneficiarios?

Son comedores sociales, residencias de ancianos, de desintoxicación. Siempre colectivos, no particulares.

¿Cómo puede colaborar un particular con el Banco? Con alimentos, especialmente no perecederos, o siendo voluntario