El proceso de reprivatización de los activos de la Corporación Alimentaria Quality ha culminado en este año que termina, y aleja una pesadilla para las arcas del Consorcio de la Zona Franca que comenzó hace algunos años, cuando el delegado del PP Miguel Osuna decidiera hacerse con la mayoría de las acciones y tomar el control de la compañía.

Este año se ha culminado la venta anunciada con el traspaso de la nave del recinto exterior a la firma Mercadona, que ha logrado así abrir sus puertas en Cádiz. Por eso la operación de devolución a trozos del grupo alimentario a manos privadas resultó un tema central en el Pleno de Navidad celebrado ayer en el Consorcio.

Cabe recordar que el primer grupo que aterrizó en Cádiz merced a la operación de venta de activos de Quality impulsada por el actual delegado para la Zona Franca, el socialista José de Mier, resultó ser Ybarra, que abrió la línea de productos Ybarra Gourmet en la nave del recinto interior.

Caladero fue la siguiente firma en llegar a la Bahía con la adquisición de Quality Fish y otras infraestructuras anexas. Y este año que ahora termina comenzaba con la llegada de Mercadona a la ciudad. La firma era elegida por el Consorcio de la Zona Franca en el marco del procedimiento público al que también se había presentado Agrasur, que tenía la intención de abrir un supermercado de la cadena Eroski.

Zona Franca argumentaba su apuesta por Mercadona por "su claridad y certidumbre, por ser la más ventajosa en su conjunto y por su solvencia económica".

La oferta ascendía a 6.300.000 euros, aseguraba el inicio de la actividad en el plazo de un año y apostaba por la creación de setenta puestos de trabajo. Zona Franca también tuvo en consideración el volumen de inversión, que ascendió a los 4.240.000 euros y la fuerte implantación en Andalucía de la empresa.

una deuda pendiente

Pero todavía no había acabado la pesadilla que comenzara en diciembre de 2003. La Audiencia Provincial ratificaba en junio la sentencia del Juzgado de lo Mercantil que condenaba a la Zona Franca a pagar a quien fuera fundador del Grupo Quality, el polémico empresario Manuel García Gallardo, hasta 13 millones de euros por las acciones que conservaba en la compañía.

En teoría, la Zona Franca estaría obligada a comprar las acciones que conservaba García Gallardo y su familia y además a hacerla por tan onerosa cantidad. En virtud del acuerdo que los populares firmaron con el díscolo empresario y que estuvo en el germen de uno de los mayores escándalos financieros que ha padecido la ciudad de Cádiz en los últimos años.

Pero el consorcio público aún se guardaba un as en la manga. Y un auto judicial obligaba a García Gallardo a inmovilizar sus acciones, impidiéndole su venta, por entender que la adquisición se produjo mediante operaciones hoy bajo sospecha de fraude.

Por todas estas irregularidades hay varios procesos judiciales abiertos. Pero en todo caso ya han pasado una importante factura a la Zona Franca, que ha puesto este año a la venta una parte significativa de su patrimonio para poder hacer frente al importante déficit que ha acumulado en los últimos años, con un agujero superior a los treinta millones de euros.

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