El Papa Benedicto XVI ha ordenado suprimir en el belén presentado este martes en el Vaticano la mula, el buey y los pastores que suelen aparecer en estas típicas reprentaciones navideñas que recuerdan el nacimiento de Jesús.

Por lo visto, el Pontífice se ha ceñido escrupulosamente a lo que relata la Biblia. Dicen que Benedicto XVI, gran conocedor de la figura de Jesús, se basa en el Evangelio de San Mateo y por ello ha ordenado quitar toda la parafernalia que a lo largo de los siglos se ha ido creando entorno al hecho de la Natividad.

Conservador y riguroso, amante de la ortodoxia más estricta y de las misas en latín, el Papa de esta forma hace caso omiso a la mayoría de las figuras representadas en la tradición que proceden de los Evangelios Apócrifos, fuente histórica pero no teológica.

Por tanto, el niño Jesús del Vaticano se muestra en la casa de un carpintero, José, junto a su madre María. Desaparece así el pesebre de Belén, donde la tradición católica sitúa el nacimiento del hijo de Dios. Esto, por supuesto, ha creado debate en torno al origen del Cristo.

Se puede decir que el Papa 'ha armado el belén', pero con Nazareth y sin explicaciones oficiales. Aunque la fe tampoco las necesita.