Después de casi un año, ocho reuniones de la mesa sectorial, varios paros de tres horas e incluso una caravana de coches de protesta, el Ejecutivo considera «absolutamente inasumibles» las propuestas de los representantes del personal sanitario.

Éstos ya anunciaron que no se quedarán «con los brazos cruzados» y hoy mismo se reunen para establecer cuál va a ser su respuesta.

«Frente a los 42 millones de euros adicionales que suponía la oferta presentada por Osakidetza, las de los sindicatos suponían, al menos, cientos de millones más al año», señaló la portavoz del Gobierno, Miren Azkarate.

Así, el Servicio Vasco de Salud aplicará las mejoras firmadas únicamente con el Sindicato Médico el pasado mes de octubre, que suponen la ampliación de la plantilla con 220 médicos y la reducción de los cupos a 1.500 pacientes por facultativo en la atención primaria.

Asimismo, incorporará sus propias subidas salariales para el convenio de 2007-2009, que incluyen un incremento de entre el 6,34% y 13,4%, en función de las categorías.

Según Azkarate, esto no implica que Osakidetza «deje de abordar cuestiones como las necesidades de plantilla o una OPE en 2008».

Rechazan todas las propuestas

El Gobierno vasco echó ayer la culpa del fracaso en la negociación a los sindicatos, que han rechazado todas las propuestas de Osakidetza. Como muestra, Azkarate recordó  que en la encuesta que se realizó en noviembre entre los trabajadores, «el 62% consideraba que había que aplicar las propuestas de Osakidetza»

Reacción de los trabajadores

CC OO: La central indicó ayer que «Sanidad no negocia, sino que impone el decretazo». Asimismo, denunció que la aplicación de la Carrera Profesional «beneficia sólo a los médicos y menosprecia a 20.000 trabajadores».

SATSE: El sindicato de enfermeras criticó la decisión tomada por el Gobierno vasco y añadió que «demuestra el espíritu antidemocrático del Ejecutivo de Ibarretxe».

LAB: El sindicato abertzale anunció que valorará la cuestión «con la cabeza fría» y estudiará varias formas de respuestas, ya que «no estamos dispuestos a quedarnos con los brazos cruzados».

ESK: ESK criticó la «discriminación absoluta» que supone la aprobación del Decreto, «al no tener en cuenta al 90% de los trabajadores, sino sólo al 10%».

UGT: Esta central destacó que «no se ha cerrado ninguna negociación porque nunca la habido».