La oficina municipal de Objetos Perdidos de Granada (ubicada en la planta baja del Ayuntamiento) viene a ser como un gran bazar en el que se puede encontrar casi de todo.

Y es que, por increíble que parezca, hay quienes se olvidan una dentadura postiza en un sitio público. Y un bastón, un bolso, una chaqueta, unas gafas o incluso un carrito de bebé. Se trata de olvidos y despistes.

Sin embargo, la gran mayoría de los objetos que se recepcionan en este servicio proceden de robos, hurtos o tirones. Por eso, la estrella absoluta en la oficina son los documentos de identidad, tarjetas sanitarias y bonobuses. De hecho, el 80% de los 18.166 objetos que ha almacenado Objetos Perdidos en lo que va de año son documentaciones de este tipo.

Los objetos que cada día llegan a la oficina se procesan y archivan en una completa base de datos. Cuando se trata de un artículo que cuenta con identificación, los empleados se ponen en contacto con el titular y le alegran el día.

«Lo localizamos por el censo o por las páginas amarillas», explica uno de los trabajadores de la oficina. Si tras varias llamadas telefónicas no consiguen dar con el interesado para informarle de que han encontrado éste u otro objeto, le envían una carta. «Pretendemos evitar que el afectado se renueve la documentación».

Aquellos objetos que no son reclamados por nadie permanecen en el almacén de guardia de la Policía Local durante dos años; luego son destruidos. Los bolsos, paquetes y enseres más pequeños sólo se guardan tres meses.

Hay quien devuelve dinero

Entre los extravíos más singulares que han llegado a la oficina de Objetos Perdidos de Granada destaca el dinero. Y es que aún quedan personas de buena fe que cuando se encuentran una cartera en la vía pública y tiene efectivo no la despluman antes de devolverla. En este servicio han entregado sobres con 300, 400 e incluso 1.000 euros.

Aunque no son casos muy frecuentes, de vez en cuando se dan y siempres son motivo de alegría, sobre todo para el que los perdió.