Crítica social y fusión musical van de la mano en Street scene, la gran ópera estadounidense, también llamada ópera de Broadway, del compositor alemán Kurt Weill, que se estrenará en el Teatro Real el 13 de febrero, con John Fulljames como director de escena y Tim Murray en la dirección musical.
"Kurt Weill inventó un nuevo género", ha asegurado Fulljames en rueda de prensa al describir esta pieza, a medio camino entre la ópera y el musical y ambientada en un vecindario multiétnico del Nueva York de los años 30, donde la marginación, el racismo y las escasas perspectivas de futuro forman parte de la rutina.
Basada en un texto teatral del dramaturgo americano Elmer Rice, estrenado en 1929 y galardonado con el Pulitzer, Street Scene fascinó a un Weill que acababa de llegar a EE.UU. huyendo de la persecución nazi. Tras una resistencia inicial, logró que el propio Rice se implicara en el libreto.
Frente al plano general en el que transcurre Street scene, ese edificio de viviendas precario, que es caldo de cultivo para lo peor de la naturaleza humana, chismorreos, mezquindad, peleas, la obra acerca al espectador en un efecto zoom a una historia concreta, la del matrimonio Maurrant.
En el papel del matrimonio, la soprano estadounidense Patricia Racette, que debuta en el Real, y el barítono brasileño Paulo Szot. Además de diva de la ópera -ha cantado en la Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres o el Liceu de Barcelona-, Racette lleva una "carrera paralela" en el mundo del cabaret y como cabaretera volverá al Real en el mes de julio.
"El cabaret me aporta cosas a la hora de abordar la ópera, porque creo que cantar en la lengua nativa es importante y por la inmediatez e intimidad que tiene el cabaret", ha dicho, a la vez que ha dejado claro que las cualidades vocales que emplea en uno y otro estilo son "completamente diferentes".
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