Ecologistas piden el cierre definitivo de Cofrentes tras los últimos incidentes: "Podemos asistir a un Fukushima 2"

  • El Movimiment Ibèric Antinuclear (MIA), la plataforma Tanquem Cofrents y Ecologistas en Acción han exigido este jueves el cierre definitivo de la central de Cofrentes (Valencia) antes de su renovación en 2021, tras los tres incidentes registrados los últimos meses notificados al Consejo de Seguridad Nuclear. Una "acumulación" de averías que, para los ecologistas, pone en duda tanto la seguridad de la instalación como la supervisión del CSN: "Estamos jugando con fuego. Podemos asistir a un Fukushima 2".
Central Nuclear de Cofrentes
Central Nuclear de Cofrentes
EUROPA PRESS
Central Nuclear de Cofrentes

Así lo han advertido en rueda de prensa en València el portavoz del MIA, Francisco Castejón, y el de Tanquem Cofrents, José Juan Sanchis, a raíz de los últimos incidentes comunicados por la central al CSN. "Un accidente en Cofrentes pondría patas arriba todo el turismo y la industria del Mediterráneo", ha alertado Castejón.

La primera incidencia tuvo lugar en octubre de 2017, después de la última parada para recarga, al constatar una irregularidad en las medidas de caudales de los dos lazos de enfriamiento. El Consejo estableció una parada no programada y calificó el suceso en nivel 0 al no constatar impacto en los trabajadores. Sugirió además iniciar una inspección que la operadora de Cofrentes -Iberdrola- "no realizó de oficio", según los ecologistas.

Las organizaciones denuncian que, por el contrario, se decidió poner la central en funcionamiento y esto tuvo como resultado un nuevo incidente el 8 de noviembre: la rotura de una válvula de uno de los lazos y la parada forzosa de la central, en lo que ven "falta de rigor del CSN y dejadez del titular" de las instalaciones.

Según los antinucleares, el procedimiento de extracción de esta válvula fue "extremadamente complicado" y los trabajadores recibieron "dosis radioactivas extra a pesar de que la recuperación se realiza con un robot". Cofrentes se puso en marcha de nuevo el 10 de diciembre tras reparar la pieza dañada, un incidente reclasificado como nivel 1 (anomalía) por el Consejo. Las tres organizaciones denuncian al respecto que el CSN no explicó más causas sobre el accidente ni si podría volver a repetirse, como "tampoco se abre un procedimiento sancionador a la central".

Un mes después, el 5 de enero, la central tuvo que parar de nuevo por una fuga en los accionadores de las barras de control -elevadores hidráulicos que actúan como los "frenos" de la central en los elementos combustibles del reactor-, piezas que "ya se tuvieron que sustituir en 2005 por corrosión". Las plataformas señalan que esta fue una parada programada porque los titulares de Cofrentes avisaron al CSN con 48 horas de antelación.

ERROR "DE PARVULITOS DE INGENIERÍA"

Sin embargo, aseguran que los responsables de la central "habían observado la existencia de las fugas y anunciaron con antelación que pararían para anticiparse así a una parada no programada", que habría supuesto "un nuevo incidente a comunicar públicamente". La causa de este incidente, según las organizaciones, es que en las operaciones de mantenimiento "no se apretaron correctamente los tornillos de los accionadores". Un error "de parvulitos de ingeniería", ha ilustrado el portavoz de Ecologistas.

Una semana más tarde, el 13 de enero, se produjo otro suceso al poner la central en marcha: una vibración anómala en una pieza de la turbina que obligó a una nueva "parada forzosa" y de la que "tampoco se sabe la causa". El Consejo lo clasificó en nivel 0 al no constatar ningún impacto.

"DEJADEZ" ANTES DE LA RENOVACIÓN DEL PERMISO

Los ecologistas subrayan que esta "acumulación" de incidentes se produjo "tras un mes de inspecciones" -durante la parada para recarga- y cuando el titular de la central está "a punto" de pedir la renovación del permiso de explotación por diez años al CSN -que entraría en vigor en 2021-, ya que se debe efectuar tres años antes, el 20 de marzo de este año.

Aunque reconocen que "sería improbable", las plataformas consideran que los elementos que han fallado ahora podrían hacerlo en el futuro al mismo tiempo y "no habría forma humana de pararlo". De esta forma -ha advertido en este punto el portavoz de Ecologistas-, "podemos asistir a un Fukushima 2".

Denuncian que, al mismo tiempo, las incidencias han supuesto "un aumento de la exposición a la radiación" para los trabajadores y ponen de relieve tres cuestiones: "el envejecimiento y degradación de la central, la baja o nula cultura de seguridad nuclear por parte de la empresa y la falta de rigor y de medidas serias del CSN".

En cualquier caso, remarcan que no cuestionan el trabajo de los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear, sino "la dirección política de los consejeros". "El PP es claramente pro-nuclear y por eso prepara -desde el Gobierno central- un decreto ley para evitar la discrecionalidad en el cierre", ha subrayado el portavoz de Tanquem Cofrents.

"SOBRADAMENTE AMORTIZADA"

Las organizaciones defienden que la central "ya está sobradamente amortizada" y agregan que la energía que produce Cofrentes "se vende al triple de su precio" y supone "un millón diario de beneficios antes de impuestos", además de criticar las "trabas al autoconsumo" de energías renovables y una normativa "hecha para ponérsela fácil a las nucleares".

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