Pocos personajes de la cultura han sido tan completos como Charles-Édouard Jeanneret más conocido como Le Corbusier (La Chaux-de-Fonds, 1887 - Cap Martin, 1965). Como arquitecto se le considera uno de los grandes renovadores del siglo XX junto con Walter Gropius, Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe y Oscar Niemeyer. Dio luz a un nuevo concepto de vivienda a la que consideraba "una máquina para vivir" y su gran sueño consistió en crear una nueva realidad urbana, síntesis entre naturaleza y desarrollo tecnológico. Una utopía que más cien años después de su nacimiento toma más fuerza que nunca entre las nuevas generaciones de arquitectos.

Pero Le Corbusier no solo brilló en estos aspectos profesionales. Practicó la decoración de interiores, la pintura -en 1919 fundó junto con Amadée Ozenfant el purismo, una derivación del cubismo-, también la escultura y con sus escritos se ganó, a partes iguales, fama de polemista e innovador (desde su revista L'Esprit Nouveau, por ejemplo, lanzó sus proclamas contra la Escuela de Bellas Artes y sus tradiciones anquilosadas).

Quienes quieran descubrir y saborear su faceta pictórica, pueden hacerlo desde hoy mismo y hasta el próximo 25 de marzo en la galería Guillermo de Osma de Madrid. Le Corbusier. Arte y Diseño pretende, por un lado, analizar algunas de sus creaciones plásticas y, a la vez, destacar la importancia que tanto el dibujo como la pintura tuvieron en su carrera profesional (de hecho, antes de formarse como arquitecto tomó estudios como grabador y pintor).

La muestra presenta más de veinte obras entre pinturas, dibujos y collages, que recorren los últimos 30 años de vida de este artista suizo nacionalizado francés. "La intención de la muestra es presentar una imagen sintética pero clara de su aportación en el terreno estrictamente pictórico y de cómo, a partir de finales de los años 20, interpreta la figura humana, en especial el cuerpo de la mujer", señalan desde la galería.

Para los responsables de exposición las obras seleccionadas "ejemplifican cómo el estudio de la naturaleza y la figura humana desencadena un significativo interés por una serie de derivadas formales que llevan a deformaciones compositivas, superposiciones figurativas y combinaciones estilísticas todas ellas extraordinarias".

Como complemento, junto a las obras de arte se presentarán algunos de los muebles originales de la época que Le Corbusier comenzó a diseñar junto a Pierre Jeanneret y Charlotte Perriad a partir de 1925, como los muebles del Apartamento del Pavillon Suisse de 1933.