A punto de acabar el año, la crónica negra de la región se salda con 54 muertes violentas; algo más de una por semana. El último homicidio ocurrió ayer en Parla, donde Pedro M. G., de 42 años, murió de un infarto tras sufrir una brutal paliza durante un atraco realizado por cinco individuos en el salón de juegos que regentaba.

Del total de crímenes registrados desde enero, 29 se produjeron en la capital, la mayoría en distritos del sur: Carabanchel, Latina, Usera y Villaverde. Una tendencia similar se observa en el resto de la región: de los 25 homicidios registrados en municipios, más de la mitad tuvieron lugar en localidades del sur (Móstoles, Aranjuez, Ciempozuelos y San Martín de la Vega).

Navajazos en reyertas

De las 54 víctimas, la mayoría (35) fueron hombres,

Casi todos murieron a navajazos en reyertas o ajustes de cuentas. Los golpes, en menor medida, y las muertes de bala completan el modus operandi de los crímenes.

Hasta ahora los meses más sangrientos han sido abril, con nueve asesinatos; seguido de enero, con seis, y marzo, julio agosto y septiembre, con tres. En diciembre ha habido cinco muertes violentas. Aunque aún queda semana y media para que acabe 2007, el año pasado se cerró con 59 muertes violentas, una cifra que año tras año se mantiene.

El suceso que ha marcado este ejercicio fue la muerte a puñaladas en noviembre del joven antifascista Carlos Javier Palomino en el metro de Legazpi. Este homicidio originó una oleada de concentraciones de todo signo político que desembocaron en disturbios.