«Socialmente, lo bien visto es que las Navidades se pasen en familia, pero hay veces en que no se puede». Loli López Justicia, directora del Teléfono de la Esperanza en Granada, explica así el sentimiento de tristeza que  muchas personas experimentan en estas fiestas.

Aunque el número de llamadas que recibe este servicio estos días es similar al del resto del año, los casos son más desesperados. «Las fiestas agudizan el sentimiento de soledad que estas personas viven todo el año», explica López Justicia. Los días más conflictivos son la Nochebuena y el fin de año, fechas de las tradicionales cenas familiares.

También en esas noches el Teléfono de la Esperanza (958 261 516) atiende llamadas de gente que «necesita desahogarse con alguien y contarle cómo se siente».

La mayor parte de las personas que levantan el teléfono buscando este tipo de apoyo son mujeres de entre 30 y 50 años. Según la directora de este servicio, se sienten superadas por una sobreocupación, ya que tienen trabajo fuera y dentro de casa, y han de cuidar a los hijos e incluso a los padres. Se sienten desbordadas.

No obstante, también algunos hombres llaman al Teléfono de la Esperanza. Lo habitual en estas fechas es que sean personas recién separadas que han tenido que pasar esa noche solos. Los más jóvenes buscan alguien que los escuche cuando han tenido algún problema con los padres o con la pareja.

«Nunca damos consejos»

«Nosotros nunca damos consejos, realizamos una escucha activa». Ésta es, según Loli López Justicia, la tarea de las personas que atienden a diario el Teléfono de la Esperanza.

«La gente necesita hablar y desahogarse de sus problemas». Los expertos aseguran que ésta es la mejor fórmula para conseguir rebajar el estado de ansiedad que sufren.