Durante la inspección, los agentes localizaron tres partidas de productos frescos que carecían del correspondiente etiquetado. Por ello, tras comprobar los pesos y las tallas de los ejemplares se acreditó que se trataba de pescado inmaduro, según ha informado el instituto armado.
La captura y comercialización de pescado inmaduro está prohibida ya que, además de causar un grave perjuicio contra el medioambiente al no permitir la reproducción de las especies, es peligroso para la salud pública al no pasar ningún tipo de control sanitario.
En total, se han incautado de 220 kilos de pulpo, 88 kilos de pescadilla y otros ocho kilos de rape, que fueron depositados en una cámara frigorífica para su entrega a centros benéficos. Se levantaron tres actas de denuncia, a las empresas titulares del pescado y a la comercializadora que tenía los productos a la venta en ese momento.
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