«El autor de cómic sigue conservando de mayor su alma infantil»

El Pequeño Nemo retira las sábanas con el pelo alborotado y los labios en círculo. Está asustado tras despertar de una pesadilla. Es la viñeta más bonita que Gilles Ciment ha visto en su vida. «El autor de cómic conserva su alma infantil», afirma. AlhóndigaBilbao ha convocado una beca para que un autor de cómic residente en España vaya un año a desarrollar su proyecto a la Ciudad del Cómic de Angulema (Francia). Ciment es su director.

¿Qué supone para un autor de cómic trabajar en la Ciudad del Cómic?

A nivel material, saber que puede volcarse en su proyecto sin echar en falta ningún recurso informático o manual que necesite. A nivel profesional, trabajar con profesionales internacionales del más alto nivel.

Con tanto espectáculo digital, audiovisual... ¿en qué lugar queda el cómic en papel hoy día?

Nunca ha estado tan potente, gracias al poder de la imagen en la actualidad. No es una disciplina aislada. Tiene conexión con el cine de animación, con las web de diseño... La película candidata al Oscar por Francia ha sido Persépolis, un film de animación que procede de un cómic anterior.

¿Cree que el público ve las viñetas como un producto para niños y jóvenes?

Está cambiando. Cada vez más adultos leen cómics, las revistas de arte ya los incluyen en sus páginas, hay premios nacionales, centros de estudio especializados... En Francia, Bélgica y Japón está cogiendo un alto estatus. Quizá en España menos.

¿Por qué un autor de cómic elige la viñeta y bocadillos?

Bueno, es un modo de expresión... Como el director de cine elige una película.

Y, ¿nada les diferencia?

Quizá algo sí. El dibujante de cómic conserva su alma infantil; aún la lleva dentro. Eso queda reflejado en su obra. El cómic siempre tiene gran dosis de relato biográfico.

Bio

Nacido en Francia en 1962. Dirige la Ciudad del Cómic. Allí hay museos, cines, artistas... sobre el llamado 9º arte.

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