La víctima vivía en un piso de Oviedo cuando sucedieron los hechos. Pese a su avanzada edad, no presentaba alteraciones del pensamiento, inteligencia y voluntad, y conservaba un juicio correcto de la realidad, aunque podría tener un cierto déficit en la memoria de fijación y, aunque mantenía la capacidad para tomar decisiones respecto a las cuestiones de la vida diaria, era una persona muy confiada con terceros, según indica Fiscalía en nota de prensa.
El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado, portero de dos inmuebles de la avenida en la que vivía la víctima, logró captar su voluntad, de forma que lo acompañaba a las entidades bancarias en las que tenía cuentas o depósitos y le inducía a retirar cantidades de dinero muy superiores a sus necesidades vitales, que luego conseguía que le entregara.
Mediante estos engaños, entre enero de 2012 y agosto de 2013, el acusado logró hacerse con un total de 43.474 euros. Además, tal era su influencia sobre la víctima, que consiguió que le nombrara heredero en su testamento, aunque la familia del afectado descubrió lo que ocurría y lo revocó.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de estafa y solicita que se condene al acusado a 3 años de prisión y al pago de una indemnización al anciano de 43.474 euros.
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