Los ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea alcanzaron durante la tarde del miércoles un acuerdo sobre la reforma del sector vitivinícola.

Entre otros aspectos, contempla mantener la ayuda a la destilación de alcohol de uso de boca (usado para fabricar el brandy o los licores) durante cuatro años, siempre que esté vinculada a la industria y fija la fecha de 2015, extensible hasta 2018, para liberalizar los derechos de plantación de viñedos.

Así, la reforma plantea un plan para fomentar el arranque voluntario de 175.000 hectáreas de viñedo en las zonas menos competitivas, con una duración de tres años, lo que reduce las expectativas de abandono respecto a proyectos anteriores.

Todos estos apoyos los podrán conceder los Gobiernos a través de sus "sobres" o asignaciones nacionales.

Además, la UE seguirá permitiendo el añadido de azúcar al vino o chaptalización en los países que hasta ahora utilizaban ese método.

Por su parte, los viticultores gallegos consideran perjudicial la "reforma europea del vino porque no soluciona los problemas reales del sector".