El 'sheriff' buscará fosas y cadáveres infantiles en la Casa de los Horrores de los Turpin

Una semana después de su liberación, la policía estadounidense se centra en la investigación de cientos de cuadernos escritos por algunos de los 13 hijos secuestrados por sus padres en California.
Una semana después de su liberación, la policía estadounidense se centra en la investigación de cientos de cuadernos escritos por algunos de los 13 hijos secuestrados por sus padres en California.
AGENCIA ATLAS
Una semana después de su liberación, la policía estadounidense se centra en la investigación de cientos de cuadernos escritos por algunos de los 13 hijos secuestrados por sus padres en California.

Cuando hace una semana la Policía del condado californiano de Riverside –a unos 120 kilómetros de Los Ángeles– irrumpía en la vivienda familiar de los Turpin, los agentes nos estaban preparados para el escalofriante descubrimiento que iban a realizar.

Junto a la pareja propietaria del chalé, los Turpin, convivían sus 13 hijos –de entre 2 y 29 años– en condiciones infrahumanas: famélicos, aislados del mundo y encadenados al mobiliario con grilletes, en medio de un olor nauseabundo y en un hogar carente de las mínimas normas de higiene.

Ahora, días después –con los niños y jóvenes a salvo y los progenitores en la cárcel bajo una fianza de 12 millones de dólares cada uno–, las pesquisas de los agentes arrojan algo más de luz sobre la que se ha bautizado como la Casa de los Horrores:

Barajan que pudieran enterrar a más víctimas: El sheriff de Riverside y sus ayudantes planean desplegar perros rastradores por la finca de los Turpin. Los agentes encontraron a 13 personas junto al matrimonio, pero no descartan que pueda haber víctimas mortales, menores de edad que no soportaran la tortura y fueran enterradas en la propiedad.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que la pareja enterrara los cuerpos de niños o bebés que murieran víctimas de la hambruna o al no poder soportar las extremas calamidades a las que eran sometidos. Los Turpin no daban de comer a sus hijos, estaban deshidratados y no veían la luz del sol, por lo que no descartan que alguno de los más pequeños pudiera haber perecido.

Pruebas de ADN: La Fiscalía ha autorizado que se realicen pruebas de ADN a los 13 hermanos. A priori parece que se trata de hijos biológicos de la pareja –que compartió múltiples fotos de familia jen las redes sociales–, pero no descartan que alguno de ellos (siete son mayores de edad y los otros seis menores) no tenga relación biológica con el matrimonio.

37 kilos de peso con 29 años: Es el dato más espeluznante del cautiverio sufrido por los 13 hijos de la pareja. La hija mayor, de 29 años, pesaba tan solo 37 kilos cuando fue rescatada por la Policía y trasladada al hospital, donde le hicieron el reconocimiento médico que confirmó su estado de desnutrición.

Prohibido ducharse: El fiscal del distrito, Mike Hestrin, que ha formulado los cargos contra David y Louise Turpin, reveló ayer que los secuestrados tenían prohibido ducharse. Solo podían asearse una vez al año. Si se lavaban las manos por encima de las muñecas, los progenitores les regañaban por malgastar el agua. Por este motivo, el olor en la vivienda era nauseabundo y las víctimas vivían rodeadas de putrefacción.

Sin atención médica: Los investigadores que llevan el caso han constatado que los 13 niños y jóvenes liberados no han recibido ninguna atención médica, al menos en los últimos cuatro años. Ninguno de ellos iba al dentista, lo tenían prohibido, y todos carecen de historias clínicas en el condado, al que se habían mudado en 2010 tras vivir 17 años en Texas.

Permitido escribir diarios: Es la única actividad que, según la Fiscalía, podían realizar los secuestrados. En la vivienda han hallado cientos de cuadernos escritos por los niños que serán una prueba fundamental en el juicio.

Vivir a oscuras: La familia era noctámbula y hacían su vida de madrugada. Los niños vivían al margen de la luz solar y los ritmos cotidianos de las personas de su edad. No iban al colegio ni tenían amigos.

Un abuso sexual: La pareja ya está en prisión acusada de 12 cargos de secuestro y 12 de tortura. No son 13 porque el bebé, aparentemente, se encontraba en buen estado. El padre, David Turpin, ha sido acusado de un delito de abuso sexual sobre una de las niñas.

"No culpables": A pesar de las evidencias, el matrimonio se ha declarado "no culpable" de los cargos. Se enfrentan a 94 años de prisión.

Difícil reinserción: Los psicólogos que trabajan con los 13 hermanos –que de momento permanecen juntos– ya han alertado sobre la dificultad de que puedan llevar una vida normal en el futuro. Adultos algunos y adolescentes la mayoría, desconocen qué es un médico o un policía. Han vivido completamente aislados del mundo, sin ir a la escuela ni relacionarse con otras personas. Creen que la bebé será la única que pueda aspirar a una reinserción plena y sin traumas si es adoptada por una familia estable.

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