Una cuarta parte de las carreteras catalanas tienen un alto riesgo de accidente. Pese a que los puntos negros de la red viaria ya son conocidos y denunciados de otros años, el 23% de los 420 tramos analizados por el RACC siguen aún siendo peligrosos.Encabezan la lista la N-260 en la variante de Olot, la BV-5108 entre Cardedeu y Cànoves y Samalús, la C-35 entre Parets del Vallès y Granollers, y la C-14 entre Coll de Nargó y Adrall. Todos ellos ya aparecían como de alto riesgo en un informe elaborado en 2003. Las que han concentrado un mayor número de accidentes han sido la C-31 entre El Prat y L’Hospitalet, la C-58 entre Barcelona y Cerdanyola del Vallès, y la A-2, desde Montgat hasta el enlace sur con la C-32. En 2003-2005 ya constaban en la lista.
En cambio, los tramos con menos riesgo son, entre otros, la C-63 a la altura de Sta. Coloma de Farners, y la BV-5103 a la altura de Cardedeu. La provincia de Girona es la que concentra un mayor porcentaje de puntos negros (32,5%). En España, el tramo más peligroso está en la N-340, entre Murcia y Alicante. Le sigue la N-330 entre Sabiñánigo y Jaca y la N-340 entre Nérja y Almuñécar.
Menos accidentes
Pese a todo, el riesgo de accidentes en Catalunya ha disminuido más del 17%, según el EuroRAPdel RACC. A nivel estatal, el riesgo ha pasado del 36 al 19%. Además, ha habido un 15% menos de accidentes graves y mortales en los últimos tres años con respecto al periodo 2003-2005. Los accidentes de moto en carretera han aumentado un 2% en 4 años.
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