Llevaban años venerándola y no sabían que el que pensaban que era un trozo de madera escondía una reliquia románica. La localidad de Paredes de Nava (Palencia) se ha llevado una sorpresa cuando la Universidad de Valladolid ha confirmado que la talla de la Virgen de Carejas, su patrona, fue hecha alrededor del año 1215.

El impacto ha sido mayor porque el descubrimiento se ha debido a una casualidad. El responsable de la ermita, situada a 2 kilómetros de Paredes de Nava, se percató de que el brazo de la talla se había desprendido.

Se encargaron los trabajos a unos artesanos de la villa y cuando desvistieron la Virgen se percataron de que la talla podía tener más valor del que en un principio se pensaba. El delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo, confirmó su impresión y encargó un estudio a dos catedráticos de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid.

Las sospechas se han confirmado hace sólo unos días. La imagen fue tallada en el siglo XIII; trescientos años más tardes fue policromada y se le añadió un pequeño pedestal. Así aguantó hasta el siglo XVIII, cuando fue modificada según mandaban los cánones de la moda de entonces. Arrancaron sus brazos y los sustituyeron por unos nuevos articulados, tajaron los bordes para restar volumen a la figura y movieron la imagen del Niño Jesús.

Tan particular cirugía continuó revistiendo de tablillas la imagen y, sobre éstas se colocó el manto, pegado y estucado, hasta que fue imposible despegarlos. Finalmente, se colocó una gran corona metálica. Así permaneció hasta hace unas semanas.

El fin de semana los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de Carejas presentaron a los vecinos de Paredes de Nava lo que queda de la talla original. Su valor es enorme y aún debe ser restaurada para conservar la policromía y librarla de la carcoma. Mientras, tocará cambiar los libros especializados para borrar allí donde decía "imagen para vestir sin valor".

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