Desde Real de Montroy en Valencia se acerca el primer participante, el sábado 25: pirotecnia Arco Iris. Será cuestión de acercarse hasta la playa del Postiguet o a las inmediaciones del Melía para verla. También vale la muralla del Raval Roig, el Tiro de Pichón, la carretera de la Cantera, la Explanada (se está más cerca para, al finalizar el castillo, correr la traca que recorre el paseo de Gómiz) y, al otro extremo, el puente que une la Gran Vía con el puerto comercial: son las citas habituales de cientos, quizá miles, de alicantinos interesados en seguir el certamen. Un concurso cuya segunda sesión vuelve a Valencia, a Moncada, donde se encuentra la pirotecnia Arnal, una cincuentenaria en esto de la pólvora hecha arte. Pirotecnia Caballer, de Godella, vuelve a prestarle a las Hogueras su experiencia germinada en 1880. La cuarta sesión se queda también en Valencia, puesto que de Moncada es otro de los nombres imprescindibles: la pirotecnia Antonio Caballer, de Moncada, originada en 1877. Y la pirotecnia Fernández de Redován participa también en la quinta y última sesión del certamen.