Esta cifra supone que 957 estudiantes de los cuatro campus, 736 en Valladolid, se arrepienten de su elección y no se matriculan después de uno o dos años de comenzar una titulación. De ellos, uno de cada cinco lo deja para estudiar una titulación diferente.

Aunque en la institución académica estas cifras se contabilizan como abandonos, no suponen que el alumno deje definitivamente estos estudios ni que no pueda volver a retomarlos en un futuro.

Además, la tasa se ha reducido siete puntos en los últimos seis cursos, donde se situaba en un 24,8%.

Por centros, el que cuenta con una tasa de abandono más alta es la escuela universitaria de Ingeniería Industrial. En ella, 80 universitarios decidieron dejar los estudios (el 31,3%). De ellos, 36 se fueron a otra carrera.

Le sigue Económicas y Empresariales, con 115 arrepentidos y una tasa del 26%; Ingeniería Informática, con 67 abandonos y una tasa del 24,7%; y Telecomunicaciones, con 60 alumnos que lo han dejado y una tasa del 23,3%.

En el lado contrario se sitúa Arquitectura, donde sólo un estudiante dejó la carrera el curso pasado para cambiar de titulación. Enfermería y Medicina también tienen muy pocos abandonos, con una tasa del 3,2% y del 5%, respectivamente.

Múltiples causas

«Cada abandono tiene una causa especial», asegura la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Valladolid, Isabel Vicente. Aun así, muchos de los que deciden dejar una carrera sin terminar lo hacen porque se pasan a la UNED para poder compatibilizar un empleo con la carrera. «Tener un trabajo y asistir a clase es muy complicado», añade Vicente. También hay otros muchos que se dan cuenta de que la titulación no cumple sus expectativas o de que es más difícil de lo que pensaba y no puede con ella.