Del 6,1% que el sector supone para el PIB gallego, el mayor peso se corresponde con la parte comercial (5,2%), mientras la parte industrial aporta un 0,9%. En términos de empleo, dentro del 3,3% que supone, los puestos de trabajo del comercio representan el 2,1% y la parte industrial, un 1,2%.

Así lo refleja un estudio sobre esta actividad realizado por el Instituto Galego de Estatística (IGE) y publicado este jueves, que aborda las dos ramas de actividad que conforman el sector industrial y establece una comparativa del subsector comercial dedicado al textil, a la confección y al calzado con el total del sector comercial gallego.

En sus conclusiones, el IGE constata que este sector tiene "una relevancia creciente" en la economía gallega y que, en su composición destacan las actividades comerciales, que tuvieron un crecimiento muy fuerte en los últimos años: el 85 por ciento del valor añadido bruto del sector proviene de la parte comercial.

La evolución del sector evidencia una transformación en él hacia las actividades comerciales, en detrimento de la parte industrial, que va perdiendo peso a lo largo de los años que son objeto de análisis del documento -entre 2000 y 2015-.

Una de las características del sector que subraya el informe del centro estadístico es "la elevada productividad del factor trabajo", que también es mayor en el subsector comercial, en el que se produjo un importante crecimiento, aunque también aumentó en el subsector industrial, donde logró bajar el diferencial que tenía con respecto al total de la economía.

Igualmente, ratifica que la evolución de la productividad no se vio acompañada de un crecimiento de la remuneración del trabajo "de la misma magnitud", lo que supone que, como resultado, la cuota del excedente de explortación en el valor añadido generado aumentó "de forma considerable, especialmente en los últimos años de estudio".

EMPRESAS Y APORTACIÓN ESTATAL

En 2015, de cuando datan los últimos datos disponibles, según ratifica la Consellería de Facenda, había en Galicia 1.372 empresas que operaban en el subsector industrial. De ellas, 325 tenían como principal actividad la industria textil, y la mayor parte contaba con un número de trabajadores inferior a diez.

Las 1.047 empresas restantes estaban dedicadas a la confección de ropa de vestir y a la industria de cuero y calzado, y eran, en su mayoría, de reducida dimensión.

Galicia aporta 9,4 de cada 100 unidades de valor añadido generado por la industria textil, confección y calzado española. Desde 2000 la cuota gallega en la industria estatal se incrementa: pasa del 5,4% a este 9,4%.

Este incremento se sustenta en una mayor productividad del trabajo. No obstante, el diferencial existente en términos de productividad no se produce en términos de remuneración del trabajo. Como resultado, se constata una aportación de las rentas del capital en el valor añadido superior en Galicia que en España.

COMARCAS, APORTACIÓN Y PÉRDIDAS DE EMPLEO

En las comarcas de Bergantiños, Ordes y Ouense, el subsector industrial representa más del 2% del PIB. Además, existen cinco ayuntamientos en los que, cuando menos el 30 por ciento de los afiliados del sector industrial pertenece al subsector del textil, de la confección y del calzado: Arzúa, Moraña, Ordes, Cabana de Bergantiños y Arteixo.

Los datos del IGE ratifican que el subsector industrial ha ido perdiendo peso en el PIB de las economías del entorno. Tanto en el conjunto de la UE como en España, la aportación del subsector es del 0,5%. Portugal, país en el que representa el 2,2%, es el país de la UE en que esta industria tiene una mayor presencia en el PIB.

En Galicia, con una aportación del 0,9%, el IGE incide en que el sector consigue mantener un porcentaje sobre el PIB elevada, fundamentalmente gracias a incrementos de productividad que compensaron "las pérdidas de empleo, muy importantes" en los años analizados. "La productividad del trabajo en este subsector es muy superior en Galicia con respecto a ala media europea", ratifica.

ANÁLISIS REALIZADOS

El análisis de este sector por parte del IGE da continuidad a una serie de análisis iniciados con la cadena forestal-madera, difundida en el año 2013.

Esta serie tuvo su continuación con el análisis del sector de la automoción, publicada en 2014; con el análisis del sector de la pesca, difundida en 2015; la del sector cultural, dada a conocer en 2016; y finalmente la del sector de transporte, difundida en 2017.