Nacido en Philadelphia (Estados Unidos), al igual que el personaje que le dio la fama, el "príncipe de Bel Air", Will Smith disfruta del éxito en cualquiera de sus facetas: en la música, como cantante de rap, en la televisión y en cine, donde ha cosechado dos nominaciones al Oscar, y en la vida, con una esposa también actriz, Jada Pinkett, con la que este mes cumple diez años juntos y unos hijos que ya están siguiendo sus pasos...

A primera vista se nota que Will Smith es un hombre cauto e inteligente, pero además tiene la gran virtud de ganarse inmediatamente la simpatía de cualquiera. La ronda de entrevistas es avasalladora pero él guarda una sonrisa y un saludo especial para cada periodista. Y eso ya es decir mucho, pues se encuentra de gira por todo el mundo presentando su última película, Soy leyenda, que se estrenará el próximo miércoles 19 de diciembre. Basada en una novela de Richard Mathesson, refleja las tribulaciones de Robert Neville, el único superviviente de un virus que ha matado a toda la humanidad... aparentemente.

¿Qué es lo mejor de la película ‘Soy Leyenda'?

La película da miedo pero también es graciosa. La concepción, la idea, es muy grande también en el sentido de que todo el mundo se va a imaginar perfectamente cómo sería ser la última persona de la Tierra. Pero creo que, más que la película en sí misma, el público trae esas ideas consigo, trae sus miedos, trae la energía de un concierto de rock. Y pienso que una de las ideas fundamentales es conectar con una parte de los miedos infantiles que llevamos dentro.

Mi familia es muy importante para mí”

¿De que siente miedo usted?

En realidad me da miedo tener miedo. Estuve en Jamaica una vez y había un acantilado que caía 30 metros hacia el océano. No sabía nadar y estaba tan aterrado que le tuve que decir a un tipo que sí que sabía nadar: "tírate y espérame abajo, entonces saltaré yo y tú me llevarás a la orilla". Es una de esas cosas que mi cerebro no procesa bien, cuando estoy asustado y me tengo que enfrentar al motivo que me asusta.

¿Sería capaz de de vivir solo en el mundo, como el personaje de Robert Neville?

No, creo que no. Robert Neville tiene una vida demasiado difícil y yo necesito algo por lo que tener esperanza. Cuando me levanto por las mañanas necesito algo con lo que conectar. Creo que todos necesitamos algo con lo que conectar. Algo que te haga saltar de la cama por las mañanas. No sé que hacía Robert Neville para tener esperanza: quizás la idea de la cura, que fuera posible encontrarla. Pero para mí... No, no creo que pudiera.

Igualmente, Robert Neville parece un hombre muy familiar, ¿lo es usted también?

Sí, mi familia es muy importante para mí. Ahora se hace muy difícil porque mi esposa (Jada Pinkett), está dirigiendo su primera película en los Estados Unidos y yo tengo que promocionar "Soy Leyenda". Sí, está siendo duro para mí ahora.

Primero protagonizó con su hijo Jaden En busca de la felicidad. Ahora, su hija Willow también hace de hija suya en la película. Supongo que al menos eso habrá sido reconfortante.

Sí, claro. Ella es una maravillosa joven actriz, llena de talento. Sabe muy bien lo que quiere hacer. Actuar es algo que nuestros niños (Jaden y Willow) eligieron, no es algo que tratamos de forzar y va a ser divertido ver cómo se desarrollan en este sentido, comprobar a dónde llegan.

¿Volverá a trabajar con sus hijos?

Sí, me gustaría volver trabajar con mis hijos si ellos quieren trabajar conmigo (risas).

Ha tenido mucho éxito tanto en televisión, como en el cine, la música... ¿Algo se le de mal?

Bueno, ahora estoy viviendo una buena época: las cosas han ido bien, estoy trabajando duro... La naturaleza de la vida se desarrolla en estaciones: ahora estoy en la primavera de mi carrera y siento que voy hacia el verano. Pero un día vendrá el otoño y el invierno. Por eso estoy disfrutando que las cosas vayan bien.

¿Qué queda en usted del "príncipe de Bel Air"?

Creo que el "príncipe" es una parte de Will Smith. Cuando creo un personaje, lo hago a partir de un pedacito de mí mismo y lo levanto sobre eso. Ahora soy muy diferente del "príncipe de Bel Air" pero creo en mi vida, en general, todavía hay un chaval que quiere divertirse; es un pedazo de mí mismo que espero nunca perder.