Un equipo del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha revelado que el tabaco favorece que los cromosomas X (el femenino) fecunden a un óvulo. Esto se traduce en que la posibilidad de que un gran fumador tenga un varón es de una sobre tres (26%). En cambio, si no prueba la nicotina o fuma poco tiene las mismas posibilidades de tener descendencia femenina o masculina.
La investigación se ha hecho con embriones de 56 parejas que se sometieron a una fecundación artificial. La doctora Gloria Calderón aseguró ayer en Barcelona que los análisis de las muestras de semen no arrojan diferencias en la presencia de cromosomas femeninos y masculinos (Y). Es al hacer la selección del esperma para la fecundación cuando los X se mueven más rápido, llegan antes al embrión y le dan su género.
Sin efecto en las mujeres
Al contrario que en los hombres, y según los científicos del IVI, la nicotina en las mujeres no afecta en la determinación del sexo del embrión. Tampoco se notan diferencias en las tasas de fecundación o en la de implantación correcta en el útero si el padre fuma o no. Además, queda pendiente estudiar si otros agentes contaminadores en países industrializados puede marcar diferencias en el sexo de los bebés.
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