Según la sentencia de la sección cuarta, recogida por Europa Press, el acusado, que fue enjuiciado por un jurado popular, "acabó de forma violenta con la vida de C.G.S." y se deshizo del cadáver.

El jurado consideró probado que el acusado mantenía "un grave conflicto de origen patrimonial desde el año 2005" con la víctima, que interpuso una querella contra él por estafa y falsedad por la que le pedían seis años de prisión y una indemnización de 1,5 millones de euros.

Para concluir que fue él el autor del crimen, el jurado conformó su convicción "a partir de la lógica concatenación de indicios que suministran hechos base cada uno de los cuales fue acreditado por prueba suficiente", afirma la Audiencia.

Asegura asimismo que la prueba indirecta puede alcanzarse siempre que los indicios "sean plurales, estén acreditados por prueba directa, se presenten como periféricos al dato fáctico a probar y sean interrelacionables".

"El jurado considera que los hechos-indicios probados constituyen una cadena inferencial que permiten extraer como hecho-consecuencia que el acusado dio muerte a C.G.S.", abundan.

Para el tribunal ha sido clave para condenar que el acusado mantuviera el litigio patrimonial con la víctima y que, con la imposibilidad de localizarla, el juicio por estos hechos haya sido suspendido.

SANGRE EN EL COCHE

También ha sido clave que se encontró sangre en el coche que usó el acusado cuando estuvo en la zona de Els Pallaresos cuyo ADN corresponde "en términos de probabilidad absolutamente prevalente" al de la víctima.

Ha tenido en cuenta que los días previos al crimen estuvo en la localidad de Els Pallaresos, tal y como concluyeron los agentes de la Unidad central de personas desaparecidas de los Mossos d'Esquadra en sus informes periciales.

Asimismo, ha tenido peso el hecho de que durante estos días en que estuvo en la zona adoptó una "actitud sugestiva de precaución para no ser identificado ni localizado", al no usar el teléfono y pedir prestado un coche del que tintó los cristales.