Veinte fotografías del Museo del Romanticismo nos trasladan a los ambientes íntimos del siglo XIX

  • Las imágenes, reunidas bajo el título 'Se va mi sombra, pero yo me quedo', nos permiten ver cómo  se vivía en los interiores isabelinos que además están reconstruidos en el museo.
  • Conoceremos cómo eran las tertulias, los bailes de máscara o los juegos con los que se entretenía la burguesía; cómo jugaban los niños o se relacionaban los señores con el servicio, y conocer las diferentes estancias públicas y privadas de una casa.
Sala V. Antesalón. La gallina ciega. Imagen incluida en la exposición 'Se va mi sombra, pero yo me quedo' en el Museo del Romanticismo.
Sala V. Antesalón. La gallina ciega. Imagen incluida en la exposición 'Se va mi sombra, pero yo me quedo' en el Museo del Romanticismo.
20MINUTOS.ES
Sala V. Antesalón. La gallina ciega. Imagen incluida en la exposición 'Se va mi sombra, pero yo me quedo' en el Museo del Romanticismo.

Realidad y fotografía unidas en una exposición. Eso es lo que propone el Museo del Romanticismo de Madrid en su nueva exposición Se va mi sombra, pero yo me quedo. Una colección de 20 fotografías históricas repartidas en diferentes salas del edificio que nos permiten ver cómo se vivía en los interiores isabelinos del siglo XIX que además están reconstruidos en el museo.

De esta manera, las fotografías se rodean de un ambiente similar al que se refleja en ellas, creando un diálogo entre imagen y museo y mostrando las distintas actividades de carácter público o privado que tenían lugar en el interior de un palacio decimonónico. Cada fotografía nos acerca y permite espiar a los verdaderos protagonistas que poblaron esas estancias.

A través de los ambientes recreados podremos ver cómo eran las tertulias, los bailes de máscara o los juegos con los que se entretenía la burguesía; cómo jugaban los niños o se relacionaban los señores con el servicio, y conocer las diferentes estancias públicas y privadas de una casa: el antesalón, el salón de baile, la salita, el oratorio, el boudoir, la alcoba y el gabinete.

El montaje de la exposición, abierta hasta el próximo 13 de mayo, está diseñado para apreciar las distintas técnicas fotográficas, a través de unos visores especiales ubicados en las salas del museo. A su vez, estos visores replican los que se utilizaban en la época para poder apreciar los juegos ópticos que se desarrollaron a lo largo de la historia de la fotografía.

Están presentes cuatro tipos de imágenes típicas del siglo XIX: cartes de visite o retrato tarjeta, que hicieron que la fotografía se convirtiese en el arte burgués por excelencia; los pares estereoscópicos, que permitían observar una imagen plana en tres dimensiones; los tissues (pares estereoscópicos montados en un marco de cartón) y megaletoscopio privilegiato, que permitía crear efectos de color, sombras o espectros. Como elemento de apoyo a la exposición, se facilitará la descarga de las imágenes para que el público las pueda ver en su móvil con gafas de visionado 3D.

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