"Es como una escobilla de váter", dicen muchos. Los ciudadanos de Roma llevan semanas enfadados con el árbol de Navidad que fue erigido en la Piazza Venezia. Su apodo, el 'Spelacchio' (algo así como 'calvo' o el 'sarnoso'), dice mucho acerca de lo que piensan de él los vecinos de la capital italiana.

El árbol, que murió y fue perdiendo ramas apenas dos semanas después de ser levantado, se ha convertido en un símbolo de lo que muchos ven como la decadencia de la ciudad eterna, según cuentan en The Guardian. Fuentes del ayuntamiento de Roma confirmaron al diario Corriere della Sera que el abeto "está muerto". "Algo ha sucedido. Es evidente que ha sufrido un estrés demasiado grande para morir tan rápido. Sin raíces un abeto resiste tranquilamente un mes y medio", explicó al diario un portavoz de la oficina técnica forestal, Stefano Cattoi.

'Spelacchio' tiene su propia cuenta en Twitter y en uno de sus últimos mensajes declaraba: "Ya decía yo que me sentía extraño" y retuiteaba la noticia de su muerte.

"Es una desgracia. Duele incluso mirarlo ", cuenta un vecino de Roma, que lo compara con un pollo desplumado, "¿cómo pueden haberlo puesto en una ciudad como Roma?". Su sentir es el de la mayoría de vecinos y turistas que estas semanas han visitado la ciudad, especialmente de los primeros, que ven en él una metáfora de la decadencia de la capital italiana, mientras miran con envidio otros árboles más bellos y cuidados, como el de Ciudad del Vaticano y Milán.

Según el periódico italiano Il Messaggero, una investigación preliminar encontró que el árbol no fue cubierto adecuadamente durante el transporte desde el norte de Italia, donde se había cultivado, y llegó casi muerto.

Estas semanas, muchos romanos no ha parado de criticar en las redes sociales a la alcaldesa Virginia Raggi, del Movimiento 5 estrellas, a la que acusan de tener la ciudad en un estado calamitoso.

Roma ha caído en el abandono y la degradación en los últimos años, con calles llenas de baches, pilas de basura y jardines públicos descuidados donde las malezas crecen tan altas como una persona. Incluso el papa Francisco ha denunciado el estado de la ciudad.

Como colofón, el lamentable estado del este árbol de Navidad de 20 metros, que lejos de traer algo de alegría navideña se ha convertido en un símbolo más del "espectáculo vergonzoso" que hoy ofrece Roma a sus ciudadanos y turistas, según denuncia la asociación de consumidores Codacons, que pide que se investigue cómo es posible que traer el árbol a la ciudad haya costado 50.000 euros.