Nina: "Puedo transmitir cosas hablando pero soy más útil a la sociedad si lo hago cantando"

  • Nina protagoniza el drama musical 'Casi normales'.
  • La obra estará en el madrileño teatro de La Latina hasta el 28 de enero.
  • La artista ha hablado con '20minutos' sobre esta obra y también sobre otros asuntos de actualidad como 'Operación Triunfo' y la situación en Cataluña.
Nina durante la presentación del musical 'Casi normales' en Madrid.
Nina durante la presentación del musical 'Casi normales' en Madrid.
GTRES
Nina durante la presentación del musical 'Casi normales' en Madrid.

Es imposible escuchar el nombre de Nina y no pensar en música. La jovencita que se dio a conocer en los 80 como azafata en el concurso Un, dos, tres... responda otra vez no tardó en introducirse en el mundillo del teatro musical con obras como Las cuatro cartas (1990), Cabaret (1992) y Corre, corre Diva (1998).

El gran éxito le llegó en 2001, cuando se convirtió en la directora de la academia de Operación Triunfo. Tras el fenómeno, Nina volvió a la senda del musical con Mamma Mia!, al que ha dedicado nueve años de su vida. Ahora, la artista catalana protagoniza Casi normales, un drama cantado, escrito por el autor de Por trece razones, que tras su paso por Gran Canaria, Barcelona y Bilbao llega al teatro de La Latina de Madrid, donde permanecerá hasta el 28 de enero.

¿Emocionada por aterrizar en Madrid?

Sí, muchísimo, es muy importante para Casi normales que se estrene aquí, importantísimo. Ha sido muy buena la acogida además. Las sensaciones son muy positivas, el musical no deja indiferente a nadie.

¿Se puede contar de qué va la obra sin destripar el argumento?

Sí. El musical Casi normales va de una familia que lucha por ser normal. Esa lucha nace a raíz de la enfermedad de la madre, que sufre trastorno bipolar y crea unas situaciones complejas, no solo a nivel cotidiano sino a nivel emocional y de relación de pareja y de madres e hijos. Como la obra no solo habla del trastorno bipolar sino que lo utiliza para hablar de las relaciones, eso es lo que hace que cualquier espectador se sienta reflejado.

Es un tema duro, puede afectar mucho al espectador, ¿no cree?

Sí. De hecho, algunos psiquiatras que la han visto han recomendado que personas con trastorno bipolar no la vean, pero sí familiares o personas que tienen a su alrededor gente con enfermedades mentales.

Y mejor no decimos más sobre el argumento...

Lo más impactante de la obra, que llega a los veinte minutos más o menos, no lo podemos contar, pero ese hecho es impresionante. A partir de ahí el espectador se queda como envasado al vacío, en apnea permanente.

¿Usted nota la sensación que deja en el público?

Sí, la verdad es que les afecta muchísimo. La gente sale muy... "revuelta" sería la palabra. El otro día vi a compañeros míos de Mamma Mia!, que vinieron a verme y estaban impactados. Claro, a cada uno le revuelve las entrañas de un modo, con su mochila emocional, con sus historias, sus relaciones familiares... Pero bueno, para eso vamos al teatro, para que nos sacudan, intelectual o emocionalmente.

¿Existe la normalidad?, ¿hay alguien normal?

Mira, eso es como la voz. ¿Qué es la voz normal? A ti te gustará una voz que yo destestaré, y no hay nada escrito sobre eso. Pues pasa lo mismo con las personas. La normalidad pasa por cómo la entiende cada uno y cómo la vive cada uno, y pasa también por respetar la normalidad de los demás. Hay unos cánones establecidos y parece que todos tenemos que responder a ellos pero, más allá de guardar las normas de respeto y educación básicas, la normalidad es la que cada uno quiere vivir.

Ese es uno de los muchos mensajes de Casi normales.

Me enorgullece que sea el teatro musical el que se ha atrevido –porque puede, porque es una herramienta potente– a hablar de un tema que sigue estigmatizado en la sociedad. Este musical se atreve a hablar del suicidio, qde las enfermedades mentales... y con mucho realismo.

Sorprenden temas así en un género como este.

Sí, porque lo asociamos a divertimento, a algo más epidérmico, pero sin embargo el musical es una gran herramienta para contar cualquier tipo de historia.

¿Se imagina su vida profesional alejada de la música?

No, no, no. Yo he hecho teatro de texto y series en televisión como actriz, pero me falta algo, me falta una pata de la mesa muy importante, las vértebras más importantes de la columna. De pequeña y de adolescente yo era una niña muy muy tímida, y cuando cantaba me desaparecía toda la timidez. No tenía ningún problema en cantar, al contrario, era más capaz de decir las cosas cantando que hablando incluso.

Y ahora que soy mayor, que tengo 51 años y que ya esa timidez no está ahí, o no está de la misma manera que estaba, me doy cuenta de que puedo transmitir cosas hablando pero que soy más útil a la sociedad si lo hago cantando, porque el vehículo se convierte en algo mucho más potente, más directo a la vena, traspasa mucho más. La música tiene esa grandeza, que en un segundo te puede hacer caer una lágrima.

Si su vida fuese un musical, ¿qué musical sería?

Pues igual aún no se ha escrito. No me lo había planteado. Es una idea. No me importaría que lo basaran en mi libro, Con voz propia. No es porque hable de mí, porque con ese libro no pretendí hablar de mí, yo más que biografía lo llamo una vozgrafía. Lo que hago en ese libro es servirme de las experiencias artísticas más relevantes de mi carrera, algunas muy mediáticas, otras desconocidas, para hablar del oficio y de la voz. Es algo que me interesa, hablar del oficio, de la parte más amable pero también de la más amarga.

¿Ese sería el punto de partida?

Sí, sería un poco en esa línea, reflexionar y hablar del oficio con mucho sentido del humor pero con mucho sarcasmo y mucha mala leche. Me veo un poco como una mujer ya mayor de esas que, por decir un taco, "se caga en todo", que empieza a estar un poco de vuelta y que ya no deja pasar ni una, que también hay algo de eso en mí, cada vez más.

Quizá el musical que más la ha marcado ha sido Mamma Mia!, ¿volvería a hacerlo si se lo proponen?

Sí, ¿por qué no? Cuando terminó la primera vez, yo no sabía que Mamma Mia! iba a volver, y cuando me lo propusieron cuatro años más tarde no dudé ni un momento. Hombre, si dentro de cinco años vuelve y a mí me pilla haciendo algo de la talla de Casi normales, pues no sé. Pero si volviera a España, ya lo creo, con los ojos cerrados... a menos que me toque salir con bastón al escenario. Si tardan mucho ya no sé si podré.

Se nota que le tiene cariño.

Es un musical al que amo, que me ha dado tantas satisfacciones, en el que he aprendido tanto... El otro día un actor amigo mío vino a ver Casi normales y me dijo "cómo se nota el máster que te has pegado con esos nueve años de Mamma Mia!". Lo que he aprendido yo en esos nueve años no lo aprendo ni haciendo nueve musicales distintos.

Eso sí, el cambio de registro ahora es cosiderable.

Sí, pero me llega en el momento justo, en el momento que me tiene que llegar, en un momento de madurez en el que me siento muy capaz de hacer la Diana que hago y de la cual estoy muy convencida, y no dudo en ninguna escena de que hago lo que tengo que hacer. Eso es la primera vez que lo siento en mi vida.

Estos meses se está viviendo también el retorno de 'OT', ¿cómo lo está viviendo?

Yo lo vivo francamente como si nunca me hubiera ido. El otro día fui a la academia y tenía esa sensación. Yo tuve el gran privilegio de formar parte del equipo que vio nacer el formato y que le dio forma. Toda la parte de la academia dependía de mí, así que es algo que siento como muy mío. Amo ese formato y estaré eternamente agradecida por todo lo que me aportó personal y profesionalmente. Y ahora estoy muy feliz de que haya funcionado de la manera que lo ha hecho, se lo merecía.

Ha sido como una resurrección.

Cuando yo volví en 2011, en la última etapa en Telecinco, me encontré a un equipo muy fastidiado, muy cansado del trato que recibían de la cadena. Además terminó con ese final abrupto tan injusto. Quitaron el programa cuando tenía los mismos millones de espectadores que tiene ahora, más las redes sociales. Estoy muy feliz de que haya vuelto a una cadena que lo trata bien, de que tenga esa audiencia, de que hayan hecho ese casting maravilloso con esos niños que no solo cantan bien, que eso ya se les presupone, sino que a nivel personal son tan transparentes, tan auténticos y que están dando tanto juego al programa televisivamente. Me alegro mucho.

¿El casting ha sido la clave?

Sí, la clave del éxito de Operación Triunfo son los concursantes, esa humanidad, esa autenticidad.

Usted les ha conocido personalmente, ¿ha tenido feeling con ellos?

Sí, bueno, no tan fuerte como el vínculo que creé por ejemplo con los de la primera edición, que vivimos muchos meses juntos y se creó algo hermoso y duradero en el tiempo, pero sí ha sido muy especial, muy tierno, porque es que ellos son muy especiales.

Llegan a Madrid desde Barcelona, ¿usted a notado en su tierra ese desánimo que algunos dicen que hay allí en los últimos meses?

Yo creo que hay que vivir allí y hay que ser de allí para hablar de esto. Sí que es cierto que los días próximos al 26 y 27 de septiembre, y sobre todo al 1 de octubre, se vivieron días muy tristes, muy tristes. Yo siempre digo que en esto no debería haber bandos, y la libertad y la democracia tienen que ser para todos, pensemos como pensemos y seamos de la ideología o de la religión que seamos.

Por desgracia sí hay división, política y social.

Seguramente que hay bandos, claro que los hay, pero esos días fueron duros para todo el mundo. Hay que pensar en las personas que están comprometidas con el proceso y en las personas que no quieren saber nada del proceso. Y los dos bandos sufren y sufrieron. Ahora yo creo que todo se ha normalizado un poco, que todos hemos podido digerir esa situación, aunque no por eso no la vivimos con tristeza. Tengo la sensación de que Cataluña, con todo lo que ha pasado, ha sufrido un retroceso, es evidente, pero quiero pensar que ese retroceso algún día va a servir para algo. No hablo de independencia, ¿eh? Hablo de una libertad real, que se ha visto que no la tenemos. No los catalanes, toda España, no solo los catalanes, porque mañana te puede pasar a ti.

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